Filoaster | JJK [+21][✔] ©

|Cap ₃₉|La cita.

【 ᴹᵃʳᵃᵗᵒ́ᶰ ¹/³ 】

El olor a cacao y semillas de café puro inundan casi por completo mis fosas nasales.

Jamás había entrado a una cafetería así. El local está muy iluminado gracias a los gigantescos ventanales con diseños referentes a la antigua Europa, con marcos de madera barnizada y cortinas de una tela gruesa color azul, además de visillos dorados. La mesa en la que estamos también es de madera, pequeña donde sólo cabemos los dos, justo frente al contrario.

Por la ventana puedo ver a las personas pasar, y a nuestros costados yacen mesas ocupadas con gente conversando y disfrutando de ricos cafés preparados por baristas. Claro, y también apetecibles pasteles muy bien estilizados.

Me siento nerviosa sobre el asiento, esperando por algún mesero que nos atienda mientras no dejo de de mirar a Jungkook. Él parece muy emocionado visualizando detalladamente el lugar.

—¿Ya habías venido aquí antes, Jungkook? —pregunto.

—No —niega con la cabeza—. Lo había visto desde afuera, siempre quise entrar, pero me hice esperar.

—¿Por qué?

—Para poder conocerlo contigo.

Él me observa con una sonrisa en el rostro, yo sólo puedo mirar mis manos sobre la mesa, un poco sonrojada. ¿Cuándo dejaría de actuar así por sus palabras?

—Hola, buenas tardes —aparece a nuestro lado un mesero con una libreta y lápiz entre sus manos—. ¿Desean ordenar ahora o prefieren que les dé una carta?

—De hecho... —se niega el castaño y le hace una señal al chico para que se acerque y así próximamente susurrarle al oído.

Frunzo el ceño, confundida.

—Claro, no hay problema —sonríe el chico al separarse del castaño mientras me mira.

Él no tarda en irse.

—¿Qué fue eso? —le pregunto a Jungkook.

—¿Cuál es tu color favorito?

—El azul —sacudo mi cabeza—. Yo pregunté primero.

—El mío es el negro —apoya sus codos en la mesa y acuna su cara entre sus manos, viéndome sin dejar de sonreír.

—¿No me vas a decir lo que le susurraste al chico?

—Nop.

—Bien... —exhalo, resignada.

—Tus ojos están hinchados —comenta, examinando mi rostro.

—Es que no hace mucho desperté.

—Están bonitos.

—Tus ojos también están hinchados, Jungkook.

—¿Y también están bonitos, ___?

—Puede que lo estén —me cruzo de brazos sobre la mesa.

Él sonríe, sus ojos se achinan y niega con la cabeza.

—¿Qué?

—Nada —responde, aún sonriendo.

Pronto a la mesa llega el mismo chico con una bandeja repleta de comida. El castaño y yo hacemos un espacio para dejar todo, aunque ni si quiera sabía de qué trataba nuestro pedido, así que me sorprendo al ver tantos dulces.

Soy más de comidas saladas, pero no puedo negarme a un desayuno casi diabético acompañada de un lindo coreano cuyo nombre es Jeon Jungkook.

Le agradecemos al mesero y él asiente con una sonrisa muy encantadora para luego desaparecer nuevamente.