𝕵𝖚𝖓𝖌𝖐𝖔𝖔𝖐 ; 2

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El sonido de mi tos hacía eco en el pasillo conforme caminaba hacia uno de los estudios. Me había escapado de Hoseok hyung por un pelo, evitando la práctica del día de hoy. Regulamente, yo no era del tipo de persona que se escapaba de las prácticas, pero, días como  hoy, lo ameritaban. 

Estaba tan enfermo, que no entendía cómo era posible que haya salido del penthouse si apenas podía mantenerme de pie. Estar enfermo era una putada y justo me había tocado estarlo cuando teníamos mucho trabajo por hacer. Que venga, no está fuera de lugar tener trabajo, gracias a Dios lo tenía, pero sí era una putada cuando estabas enfermo. 

Lo único que quería era regresar hacia mi casa para poder dormir hasta el día siguiente, o la semana. 

No tenía planeas de encontrarme con nadie en mi camino hacia los estudios, pero al parecer, hoy no era mi día de suerte. Pues pronto me encontré ingresando a una de las cabinas de grabación, ignorando que esta tenía la luz encendida, aquella que te decía que no tenías que ingresar por nada del mundo. 

Las cabinas que habían en la agencia eran diferentes, pues habían algunas, las más pequeñas, eran usadas regularmente para nosotros cuando nos sentíamos inspirados y solo queríamos trabajar por nuestra cuenta. Ya que yo no contaba con un estudio como Namjoon, Hoseok o Yoongi hyung, tenía que usar este tipo de habitaciones si me sentía inspirado. 

La mayor parte del tiempo yo respetaba el que los demás artistas que estábamos en este edificio se encontraban trabajando, sin embargo, esta vez no pude salirme a tiempo, pues una voz conocida me dejó congelado en mi sitio. 

Katana Ono se encontraba del otro lado de la ventana, con los ojos cerrados y amabas manos sujetando los cascos. Se veía muy concentrada con la música que salía de estos, sus labios se movían a sincronía. Curioso, me dirigí hacia el tablero y presioné el botón que te dejaba escuchar el micrófono. 

En un santiamén, podía escuchar los estribillos de la canción y cómo ella ponía todo de sí para cantar, esa canción que parecía ser de soul. 

La lídel del grupo femenil que hacía poco había debutado y tenía éxito, ponía su corazón en la letra que cantaba. Me sorprendió demasiado escucharla en vivo, si bien solo había escuchado a Jimin hyung decir que ella tenía una voz maravillosa, nunca me imaginé que sería tanto. Más cuando ella era la rapera principal de su grupo. 

Ella casi no hacía covers, no tenía mucho trabajo como solista en comparación de sus compañeras, pues decía que prefería dejarle el foco de atención a ellas. De cierta manera la comprendía, pero, como artista, sabía que no importaba qué tan humilde seais, siempre querrías tener un poco de atención. 

¡Solo el amor puede lastimarte de esta manera! ―exclamó ella, llegando a una nota alta a la perfección, justo en el último estribillo. 

Para cuando los acordes llegaron al final, ella abrió los ojos y lo primero que estos enfocaron, fueron a mí. 

Me quedé congelado al ser descubierto. La verdad es que Katana y yo no nos llevábamos del todo bien, por culpa de un inconveniente que tuvimos cuando estábamos en el colegio. Ella era menor que yo por un par de años, sí, pero de igual manera, las personas se empeñaban en molestarnos. O más bien a ella, solo porque era mi amiga. 

―¿Qué haces aquí? ―preguntó con voz átona cuando salió de la cabina. No parecía que le haya molestado el que yo le haya escuchado cantar, o más bien sabía esconder demasiado bien sus emociones. A mí me gustaba molestarla, para qué mentir. 

―Estoy enfermo ―expliqué, ella solo se concentró en oprimir los botones adecuados para grabar su música en una memoria USB ―. Quería un lugar para descansar. 

Lonely hearts club | ʲᵘⁿᵍᵏᵒᵒᵏWhere stories live. Discover now