Capítulo 4: El gocho de sus sueños hecho realidad.

32 8 0
                                    

Hoseok había llegado más temprano a la técnica y la razón de aquello no era precisamente porque estuviera interesado en estudiar. Él sencillamente era un fiebruo' de primera. Odiaba las clases, como 99℅ de la población estudiantil, pero amaba ver a sus amigos todos los días y joder juntos.

Aunque sabía que Yoongi y Namjoon no llegarían hasta más tarde, el igual tenía sus intereses personales.

Principalmente chancear.

O el arte de chancear, como lo llamaba él. El regreso a clases era la temporada perfecta para la pesca en el mar de los culos, como había dicho Yoongi. Todos los alumnos de nuevo ingreso y todas las posibilidades frente a él. Por supuesto que Hoseok no podía perderse tal evento.

Se había tirado su cacería desde temprano durante la apertura del nuevo año escolar, pero había decidido hacerlo también en el recreo.

Así que allí se encontraba el carajo, caminando por los pasillos mientras sonreía de oreja a oreja, saludando a reimundo y todo el mundo, en busca de su próxima víctima. Cosa que se le estaba haciendo sumamente jodida; parecía que después de haber visto al carajito del metro, no había forma de que alguien llamara su atención lo suficiente.

Y es que de solo recordar los ojitos expresivos del carajo, su voz ronca, su piel tostadita, sus labios carnosos y el acentito gocho, naweboná, se le paraban hasta los pelos de la nariz.

—Chacho, deja de pelar los dientes, que no estamos en el casting para un comercial de Colgate —El dueño de aquella voz rodeó los hombros de Hoseok con un brazo, sacándolo de sus pensamientos.

—Cállate, sapo —replicó Hoseok. Ni si quiera volteó a verlo, en cambio saludaba con la mano a una chamita que pasaba frente a ellos.

—Qué bolas, licenciado —Kai negó con la cabeza, fingiendo indignación—. Ni en el Miss Venezuela se tiran tanta pasarela como usted.

Hoseok rio ante aquello, finalmente deteniendo su paso para saludar adecuadamente a su pana con un apretón de manos; el saludo oficial de tipos serio que terminó en abrazo y apretón de nalga, porque para el maricoteo' estaban hechos.

Kai y Hoseok, más que panas eran maricos y más que maricos eran hermanos. No solo se conocían de toda la vida, eran full compinches porque ambos asistían a la misma academia de baile y tenían intereses súper similares. De bolas que estaban felices de ver al otro.

—Tengo un coñazo de betas que contarte —dijo Hoseok.

Ese fue el inicio de una larga plática donde ambos intercambiaron las anécdotas de sus vacaciones. Entre esas anécdotas, estaba por supuesto, el cuento sobre como Hoseok conoció al gocho de sus sueños. Kai lo escuchó con atención, aunque el dramatismo con el que Hoseok echaba el cuento le dieran unas ganas arrechas de reírse. Cuando el carajito hizo una mueca de lamento, Kai cedió por completo ante sus impulsos y se cagó de risa. Se reía como que si no hubiera mañana.

Hoseok lo miro descolocado, pero nada sorprendido. Yoongi y Namjoon habían reaccionado exactamente igual. Parecía que no necesitaba enemigos con esos amigos que se gastaba.

No entendía el porqué para Kai su sufrimiento era un chiste, pero pa' lante.

—Mira, es el gochito —Señalo Kai con la mano, claramente burlándose.

Hoseok miro en la dirección que señalo Kai, aún sabiendo que aquella era la vaina más absurda del mundo, pero como siempre, no había límites para ser webon.

Aquella acción solo alteró la risa de Kai, y mientras este casi moría cagado de risa, la cara del contrario cambió de confusión a ladilla y cague puro. Acababa de divisar a la persona que menos deseaba ver caminando en su dirección.

pcdlm » btsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora