Personaje: Hermes Advertencia: No Para: analourdesbatista, espero te guste linda!
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Recuerdo que tenias 17 años.
Tenias una relación familiar muy buena con Hera.
Eras su sobrina favorita, además, no se cansaría nunca de decir que Tn, la hija de Hades era: "Prácticamente toda perfección".
Ella te había mandado a llamar, para hablar y pasarla bien por unas horas.
Como tus deberes no te perseguían, decidiste ir.
Caminabas por el Olimpo, con tu bella túnica bailando con el viento, todos te miraban con asombro, ya que rara vez salías del Inframundo.
Pero, no les prestabas atención, no te importaban mucho, a decir verdad.
Estabas tan emocionada, alzaste levemente la primer capa de tu túnica, haciendo que los pedazos de tela que colgaban al costado de el, comenzarán a elevarse con tu caminar.
Al estar frente al gran pasillo que llevaba a la sala del trono, el guardia gritó.
-¡Atención, su excelencia la princesa Tn esta aqui!-
Todo sirviente que estuviera trabajando, dejó de hacer sus labores para ir rápidamente hacia el pasillo y hacer una reverencia.
El estaba confundido, nunca había visto algo semejante.
Pero quedó atónito, al ver como entrabas caminando con una sonrisa gloriosa, todo parecía ir a cámara lenta.
Tu túnica blanca se habría con tu caminar, parecía que estabas bailando.
Cuando llegaste frente a Zeus, agachaste levemente tu cabeza, en señal de respeto.
El estaba tan rojo que podrías confundirlo con un tomate.
-Tn, que linda sorpresa-
"Así que ese es su nombre"
Pensó Hermes.
-¿Her esta aquí?-
Preguntaste con una sonrisa que hizo que Hermes casi tumbase la jarra de vino que traía en manos, llamando la atención de Zeus y tu.
-Oh, hola, ¿Como te llamas? -
El estaba temblando, con un rubor carmesí por toda su cara.
-H-Hermes-
Dijo rápido, tu sonreiste.
-Me llamo Tn, un gusto, Hermes-
Los dos quedaron haciendo contacto visual, hasta que escuchaste a una sirvienta de Hera.
-Princesa, la diosa Hera la espera en sus aposentos-
Tu miraste a la servidora.
-Bueno, hasta luego Hermes-
Le dijiste y te fuiste al lado de la mujer.
Zeus miraba con una sonrisa como su hijo no paraba de mirarte con el rostro rojo.
