23. Me asusta admitir.

983 79 0
                                    

Jimin pensaba que el universo estaba alineando su vida. Tanto así que aunque le sorprendiera estar en el parque pasando el rato con Jungkook, creía que así debía ser.

Al comienzo solo iba a acompañarlo a su casa, hablaron en el camino y como la conversación fluyó sin ningún problema, decidieron quedarse a pasar el rato hasta que anocheciera. Habían merendado mientras descansaban en la sombra de un árbol y sin planearlo después ambos se recostaron en él. Sus hombros se rozaban al inicio, al igual que sus piernas pero Jimin dió la iniciativa al bajar un poco y apoyar su cabeza en el hombro ajeno.

—Desearía quedarme aquí de por vida.— Menciona Jungkook de forma fugaz. — o al menos hasta que anochezca para ver las estrellas.

—¿Porqué me dijiste que nos fuéramos antes de eso entonces?

—¿Crees que mi entrenador no se enfadaría conmigo si llevara a su hijo hasta altas horas de la noche?

—Lo dices como si no fuera responsable de mi mismo.— El rubio se rió bajito, le parecía curioso que tuviera esas actitudes con él, casi como una pareja.

Por primera vez se lo preguntó. ¿Le gustaré? ¿En serio era evidente eso de que ambos se gustaban? Tenía muchísimo miedo de ilusionarse, pero quizás si juntaba las piezas no parecía tan descabellado. Habían pasado días, incluso fue invitado a la casa del otro para cenar y sus padres parecían haberlo recibido sin ningún tipo de prejuicio. No mentiría respeto al afecto, definitivamente se habían besado y alguna que otra cosa más. Y lo que creía más importante, el rumbo de su relación, las acciones amables y la atención que le estaba otorgando. Parecía algo más que solo amistad.

No planeaba declarársele, pero si necesitaba como mínimo intuirle algo respecto a ellos. Ellos. En su cabeza eso ya empezaba a sonar magnífico.

—¿Puedo recostarme en ti?— Sin filtro o cuidado, simplemente se lanzó. El castaño asintió y gustoso se acomodó en él. —¿Cómo te has sentido estos días?

—Bien, creo que todo a vuelto a la normalidad.

—¿Normalidad? ¿Es eso para ti salir del closet?

—No sé, aún tengo mis dudas. Hablo más de las relaciones a mi al rededor y mi estabilidad.— Jungkook acaricio con su dedo índice su brazo. —Aún no me ocupo de ciertas cosas.

—Uhm.

Se limitó a decir. Toda la ilusión que segundos atrás creó, se disminuyó como en trescientos niveles. En cambio empezó a sentirse algo molesto. ¿Porqué entonces actuaba tan cariñoso con él? Mierda, sabía que no debía hacerse esperanzas pero tampoco podía permitir que el otro actuara con él como si intentara algo. Debía proteger su corazón y si dejaba que Jungkook le coqueteara como se le antojase definitivamente se iba a lastimar.

¿Entonces que es esto? Quiso preguntar, pero aún se sentía demasiado aterrado como para hacerlo.

—¿Hay algo que te impide dejarlo fluir?

—Supongo.— Dice de forma desinteresada.

Si, definitivamente estaba agotando su paciencia.

—Está bien si no quieres hablar eso conmigo, pero creo que es algo que debes pensar.

—¿Porqué debería hacerlo?

Por él. Tenía tantas ganas de decirlo que lo amara, que lo viera con otros ojos. Lo pensó una vez más, sin ningún tipo de esperanza o falsa ilusión.

—¿Estás jugando conmigo?— Finalmente se anima a decirlo, su rostro se eleva levemente para intentar verle. —Porque sé que coquetear es tu afición pero si tu sexualidad no está definida me parece de muy mal gusto que me utilices para descubrirlo.

Una risa salió de los labios de Jungkook. —¿Utilizarte? Jimin, ¿Qué te hace pensar eso? La pasamos bien juntos, me gusta estar contigo. Y si, nos besamos y esas cosas, pero no es como si antes no lo hubiéramos hecho.

—Bueno, pero ahora que estás descubriéndote a ti mismo me gustaría que lo tomaras en serio. — El rubio se sentó en el lugar, quedando casi al frente del otro.

—En serio gracias por preocuparte. Pero reitero que no es algo que necesito ahora, solo quiero relajarme.

—Lo comprendo, es solo que pienso que podrías herir a alguien así.

—No hay nadie al que pueda herir.

Jimin le mira preocupado, necesitado de que entienda. Sabe que es difícil, y que podría comprometerse a sí mismo si no comienza a auto calmarse. Pero falla.

—¿Qué hay de mi?

—¿De ti? ¿De que hablas?— Pregunta totalmente confundido e intrigado, pero cuando la expresión de su amigo cambia a una triste cree poder entenderlo. —Jimin...

—¿Sabes qué? Me confundí, yo... solo, ignórame y ya está.

—Pero-

—¡En serio! En serio, es una tontería, entiendo completamente.— Se levanta del lugar dispuesto a irse.

—Minnie aún no anochece.

Lo sé, pero creo que tuve suficiente de ti hoy.

No era lo que quiso decir, pero a su corazón le asustaba admitir que cualquier posibilidad de que ellos pudieran estar juntos cada vez se anulaba más. Había sido tonto.

O eso creyó cuando se iba y no lo detenían.







•••
Sin revisar jejeje.

¡No más trío!; KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora