ii. defecto

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Día 2. Quirk inestable + habitación - KiriKami.



Observa con nerviosismo el cuerpo tembloroso, espasmódico, perlado de sudor rodeado por una maraña de sábanas y mantas. Sus propias manos se endurecen por pura impotencia, exprimiendo una cantidad innecesaria del gel analgésico.

Verlo en ese estado le asusta, los quejidos húmedos son lo único que puede escuchar; al parecer el dolor se ha llevado el llanto. Parte de su rostro contraído y dolorosamente rojo se asoma por las almohadas maltrechas. El rastro de lágrimas en sus mejillas le rompe un poco más el corazón.

Camina hacia él casi trotando, encontrándose con una que otra prenda o algo duro bajo sus pies. La habitación es un desastre tanto como su cabeza y sus piernas tropiezan con el borde de la cama, se sube con cuidado, expectante de los movimientos que cree podrían causarle algún roce a la piel sensible.

Se acomoda con cuidado sobre Denki, calentando la mezcla en sus manos y posando levemente la punta de los dedos en su espalda siente la inestabilidad, la electricidad le recorre con pequeñas descargas el antebrazo. Sus propios ojos comienzan a humedecer, vulnerable le promete con la voz rota que no volverá a pedir una sesión de entrenamiento tan intensa.

No podría perdonarse si lo vuelve a ver caer de esa forma,  retorciéndose desesperado por respirar y el cuerpo marcado de quemaduras en carne viva.

Mismas que ahora están cicatrizadas, formas arborescentes con relieve a las que le desliza las palmas de la mano con lamento, presionando para masajear los músculos debajo de ellas y besando cada uno con sentimiento cuando calma la rigidez de la contractura muscular.

La respiración le falla cuando pequeños y finos dedos se envuelven en su muñeca, deteniendo los movimientos que ejerce en sus hombros, su corazón traquetea incontrolable cuando deja pequeños besitos de labios secos en aquel lugar; pidiendo que le perdone de igual manera, pues él sabe que la zona en la que su boca descansa dejó quemaduras ahora casi imperceptibles.

Pero no fue su culpa, Denki no insistió. No puede perdonar algo que él mismo cometió.

— Está bien, Kiri —le dice con la voz entrecortada— Estoy bien. No es tu culpa.

Y él se permite llorar en silencio.
Con el corazón roto de dolor, de amor y una sensación vertiginosa que le revuelve el estómago.


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Tarde pero seguro✌️

Me quedé más nerviosa que el primer día jakjaja, pensé que nadie leería esto y casi me da un infarto cuando me llegaron comentarios y votos y casi exploto de lo bonito de todo. De verdad, muchas gracias❤️

Perobueno, en mi mente Kaminari tiene cicatrices de Lichtenberg, y también pecas pero poco escribo sobre eso jaksjsja.
Kali Uchis, reina, bendijo este bebé con su álbum (y en general los demás días) pero escogí esta canción en especial porque según yo, iba a escribir desde la perspectiva de Kami, idk, me daba vibras.

canelita y ron amargo | bksqshwkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora