iv. henko

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Día 4. Maletas - SeroKami




Hay algo en sus ojos de oro liquido que lo atormentan, fundiendo los sueños con su realidad inherente e iluminando la oscuridad envolvente que alguna vez él describió que era. Algunas veces puede jurar que lo tiene en frente y los espirales del porro no hacen más que difuminar la realidad de su entorno, puede sentir el hormigueo de su toque firme, sus besos de mariposa en la mejilla o la especial atención que le daba a sus manos y brazos; otras tantas siente las mordidas sobre su carne, su lengua suave recorriendo hematomas como bálsamo para el dolor. Pero su mirada, eléctrica en su interior, lo tiene inmóvil; le pesa en el alma y en el bolsillo trasero de su pantalón.

Kaminari era la persona que más extrañaba y también la que deseaba tener lo más alejada posible, por esa razón no lo detuvo de hacer las maletas a primera hora de la mañana para tomar un vuelo a Chicago donde lo esperaba su actual pareja, pues hace ya casi tres años de ello.

Él lucha contra la cobardía y el ansia de perder la llamada, tratando de no sobrepensar un significado inexistente. No era por hacerse daño, no era porque quisiera que su ilusión se hiciera realidad; era, más bien, el cierre que necesitaba porque después de responder el teléfono borrará su contacto y tal vez, tan solo tal vez, podrá empezar de nuevo.

— Hanta.

— Kaminari. — Escuchar su voz solo una vez más lo hizo vacilar, una inquietud que se arrulla en la risa nerviosa al otro lado de la línea.

Hay algo suave en su pecho que se aprieta en toda la conversación, algo desagradable que corroe su mente y mentiras incontrolables que se sienten como el ácido, que le sube por la garganta como la billis. Lo único que pudo reunir con total sinceridad fue un simple "adiós y que te vaya bien"

Y, en completa soledad, con el atisbo que es su mirada cual cauce de luz, se permite darse un respiro bien merecido. Ignorando los recuerdos que ese apartamento ha guardo recelosamente. Doblando la última de sus camisetas en su propia maleta, se decidió a finalmente a salir de allí sin mirar atrás con toda la fuerza de voluntad que le quedaba.


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Como que me proyecté un poco, jajsjaja. Tal vez fue una de las razones por las que me tardé en subir este día o también porque no tenía ni la más mínima idea de cómo escribir lo que tenía en mente, mi opción desesperada era subir un poema de apenas seis líneas.

Perdón por la tardanza, espero haya sido mínimamente diferente de los demás días, siento que escribo todo igual jsjs. En fin, faltan mis días favoritos y estoy emocionada y asustada.


canelita y ron amargo | bksqshwkWhere stories live. Discover now