iii. kyomu

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Día 3. Tocar tu piel - KamiMina.


— Te amo.

— Lo sé.

 —¿No me amas también? Se supone que tienes que devolver el te amo.

— Ya hemos hablado de esto. Muchas veces. Sabes que no puedo, Denki, no te puedo mentir todos los días.

Y él lo sabe, han comenzado esta cosa que no saben nombrar desde hace ya demasiado tiempo. Tanto que ha olvidado todas las veces que recorrió su piel con las manos, con la lengua, los dientes, los labios. Todo el cuerpo lo ha usado para grabarse la suavidad al tacto de su piel rosada, de sus caderas rotando en su pelvis, ha olvidado la adrenalina de algo que se supone no deberían hacer. Ha olvidado que sus te amo no son de verdad, que su cariño de terciopelo no es más que eso, que el fuego en el que se envuelven es solo la combustión del momento. Él sabe que lo desea, que los suspiros extasiados no son solo suyos, que sus cuerpos son transpiración de hidromiel.

Y todas esas veces le pidió perdón al tipo con el que salía en la cumbre de su excitación de sus cuerpos en fricción.

Él la desea, la ama o eso cree, el pecho se le aprieta desagradablemente cuando sus labios pintados se acercan al oído de ese tipo y los escucha susurrar palabras melosas y coqueteos de manos jugando en las piernas del otro. Odia eso porque es tan parecido cuando ella lo toma de la gargantilla y lo usa para impulsarse hacia el tirón involuntario de su cadera, calentándole la carne con sus jadeos y la forma en la que su sedosidad se envuelve por completo en él, sacándole el aire a mordiscos de los labios.

Mina sabe bien cuando su sabor se combina con el suyo, el cítrico y el almizcle es suave y pesado al gusto, el tipo de néctar que te vuelve loco. Espera que su novio lo sepa.

Pero sobretodo, el desea tocar su piel por más tiempo, deteniéndose más de lo necesario con las manos a los costados de su cara y los dedos rozando los pequeños rizos de su nuca, los pulgares mimando sus mofletes sonrojados y pasando por sus párpados apenas haciendo contacto con sus pestañas de morpho anaxibia; el tiempo es limitado y los días se acortan sin su presencia o en la intimidad de su habitación donde nada es suficiente.

Ella se mezcla con las luces cambiantes de las fiestas, bailando etérea con movimientos de humo se desvanece en sus sueños donde la respira y su solidez se derrite en agua de rosas inolora.

La sueña eternamente con matices tristes y pasiones de colores que nunca contrastan con el amarillo líquido en el que se convierte.

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Quería ser modesta y no escribir las vulgaridades a las que estoy acostumbrada, espero me haya salido bien y no demasiado, demasiado(?

canelita y ron amargo | bksqshwkWhere stories live. Discover now