Cap. 2_ Las Ruedas De Mi Destino

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____Izuku Midoriya____

Han pasado dos semanas desde aquél encuentro en la cueva. Cuándo desperté, él ya no estaba junto a mí.
Sentí un gran vacío en mí al ver que sólo dejó de él su manta roja, la cuál resultó ser una gran capa y uno de sus collares de cuentas rojas en forma de colmillos.

De regreso a mi casa tuve que volver a recolectar algunas de las hierbas que use en la infusión, por suerte en esta ocasión sí pude hallar con la seta Guru-Gure para Ochaco.

Al llegar a mi casa y darme una muy merecida ducha, salí hacia la tienda de mi amiga a llevarle sus ingredientes.
Cuándo entré a la tienda, Ochaco me recibió preocupada lanzándose sobre mí, pues tuve que pasar la tormenta en el bosque. Al fijarse mejor en mí, parece que notó algo extraño... a cada segundo fue abriendo más grande sus ojos castaños, entonces me dijo...

_Ochaco:
Izu... ¿Estuviste con alguien más en el bosque?
_me preguntó, sonriéndome de forma pícara.

Yo me sobresalté un poco, pues no creí que se daría cuenta y me sonrojé por ello.
No esperaba que mi amiga pudiera notar tan fácilmente las feromonas del chico Dragón, las cuáles aún seguían aferradas a mi piel, después de todo los Betas no tienen el olfato tan desarrollado cómo los Alfas y los Omegas.

_Izuku:
¿Cómo... Cómo lo supiste?
_le pregunté, tapando mi rostro con ambos brazos, avergonzado de ser descubierto.

_Ochaco:
Izuku, cielo, esa persona te dejó marcas en tu cuello. Jajaja, y no solo una, parece que se tomó en serio lo de hacer saber al resto de Alfas que eres suyo. Jajaja.
_se rió mi amiga, casi al borde de soltar lágrimas de la risa.
_Ahora en serio, Izu...
¿Lo conozco?... ¿A qué Clan pertenece?
_empezó a preguntarme Ochaco. Yo aún continuaba rojo de la vergüenza.
Olvidé por completo que tenía bastantes marcas por mi cuello y pecho...
_Si tuviera que adivinar... diría que és alguien bastante poderoso con respecto a la magia.
_me quedé sorprendido por lo que dijo.

_Izuku:
¿A qué te refieres con eso?...
¿Cómo puedes saberlo sin haberlo visto primero?
_le pregunté completamente intrigado, abriendo mis ojos aún más por la curiosidad.

_Ochaco:
Jajaja, Lo digo por ése collar de cuentas rojas que llevas puesto, Izu. Tiene un gran hechizo en él... uno tan grande, qué incluso a mí me hubiera costado crearlo y tener éxito en el proceso.
_me dijo, mostrándose algo seria y sorprendida mientras tocaba sutilmente las cuentas dentadas del collar.

Lo que me estaba revelando me estaba dejando atónito.
¿Un hechizo?... ¿Qué clase de hechizo?

_Izuku:
¿Qué clase de hechizo és, Ochaco?... ¿Debería preocuparme?... ¿Me quito el collar?
_me estaba empezando a preocupar. Nunca pasó por mi mente algo cómo esto al decidir usar el collar que me dejó.

Al verme Ochaco entrar en pánico e intentar quitarme el collar, ella sujetó mis manos y lo impidió. Yo la miré a los ojos casi a punto de soltar alguna lágrima a causa del pánico pero, al ver la cálida sonrisa de mi amiga me tranquilicé.

_Ochaco:
No te preocupes Izu, no es un hechizo peligroso, todo lo contrario. Es un poderoso hechizo de protección.
Uno que repele cualquier ser con un mínimo de magia que intente dañarte.
_me sonrió ampliamente al decírmelo.
¿Un hechizo de protección?
_Debes de importarle mucho a esa persona si te regaló algo tan valioso y poco común.
_cuando dijo que "debo importarle" fruncí un poco el ceño y puse un puchero de enojo e incomprensión, mientras comenzaron a caer de mis ojos lágrimas.

Ochaco se sorprendió por ello y empezó a preguntarme la causa de esas lágrimas, mientras yo intentaba limpiarlas con la manga de mi camisa.

Si de verdad le importaba...
¿Por qué se fue sin despedirse de mí?

{Mi Amado Destino}Where stories live. Discover now