𝐷𝐸𝐴𝑇𝐻 | ʟᴇᴇ ᴄʜᴇᴏɴɢsᴀɴ [✔]

▪︎ 018: 𝐈 love you so... ▪︎

❝TE AMO TANTO...❞

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EUN-YEONG NO SE MUEVE ni un poco de su posición, aún siente unos brazos sostenerla y teme que todo sea una ilusión.

-Papá...–Escucha la voz de su mejor amiga.

Entonces sabe que nada lo está imaginando, se separa de la persona y se da cuenta que es el papá de On-Jo, en cuanto la rubia se suelta del agarre del hombre On-Jo corre hacia el para darle un enorme abrazo afectivo.

-¿Estás herida?–La pelinegra niega mientras llora y lo vuelve a abrazar.

Después de unos pocos minutos, el señor Nam se separa de su hija y camina hacia Eun-yeong y Cheongsan.

-Estan aquí–Dice de manera aliviada, suelta un suspiro y los abraza.

Al ser casi atacados por un infectado todos comienzan a correr hacia la cancha de tenis, estando allí estaban por traspasarla pero fueron rodeado por una horda de zombies.

-¿Qué hacemos ahora?–Pregunta la rubia jadeando.

-Estamos jodidos–Dice Mijin.

Para mala suerte, la reja se abre y los infectados comienzan entrar, todos corren hacia el otro extremo donde otra puerta los espera, el padre de On-Jo se queda atrás y Eun-yeong no puede evitar preocuparse.

Aún así, no hace nada.

El señor Nam enciende una bengala y lleva a los infectados hacia el otro extremo para que los demás puedan salir. Estando ya afuera On-Jo, Eun-yeong y Cheongsan esperan al padre de la primera, cuando este ya estaba por llegar, simplemente cierra la puerta frente a él.

En ese momento Eun-yeong sabe que las cosas no se iban a poner para nada buenas.

-¿Papá? ¿Qué haces?–Pregunta Nam con incredulidad.

-Mírame On-Jo, debes irte–Dice mientras la pelinegra se da cuenta de una mordida en la mano de su padre.

-No, papá, no...–Se negaba y la rubia caminó hacia ella para comenzar a llevarla lejos de allí.

-Ve hija, ve–Pedía su padre.

-No, ¡Papá! ¡No!–Gritaba mientras era jalada por Jun.

Comenzaron a correr hacia una construcción que la escuela había hecho, On-Jo no paraba de llorar y eso le hacía sentir mal a Eun-yeong, pero si su padre se sacrificó por ella lo mínimo que podía hacer era seguir viva.

Tras seguir siendo perseguidos corrieron a la segunda planta, donde encontraron un pequeño lugar fuera del edificio donde podrían esconderse unos momentos.