Los opuestos se atraen, o eso dice mucha gente; muchos pueden estar de acuerdo, y muchos no, pero cuando dos personas están destinadas a estar juntas ni el tiempo ni las circunstancias lograrán separarlos. Para la humanidad, él es el soldado más fue...
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Narra Levi.
Ya es de noche y Mara aún no despertó, duerme plácidamente por causa de los tranquilizantes que Moblit debió administrarle. Toda mi vida la contuve de ataques de pánico o recaídas pero nunca la había visto retorcerse de esa manera, parecía que tenía un dolor tan profundo que no podía aguantar, prefiero verla dormida que verla en agonía. Dejé todo mi orgullo de lado y la ayude, debía ayudarla, aunque me haya lastimado sigue siendo lo más importante y lo único que tengo. Necesito espacio, pero eso no significa que no este para ella cuando me necesite.
-¿Cómo sigue?- Preguntó Erwin entrando por la puerta, después de que Mara se durmió, él volvió a la Legión para investigar los nombres que aparecieron en sus recuerdos.
-Está dormida, Petra está con ella.- Respondí.
-¿Encontraste algo?- Hange se acercó a la mesa luego de terminar de alimentar al perro de Mara.
-Elizabeth Casanova era hija de comerciantes de Trost, perdieron el negocio luego que los estafaron y debieron mudarse a la ciudad subterránea, los padres murieron por la falta de luz solar y Liz quedó huérfana, así conoció a Darío, hijo de una prostituta que lo abandonó de pequeño, se enamoraron y tuvieron a Mara.- Leyó los papeles que trajo consigo. -Liz murió en el parto y Darío fue asesinado por uno de los cabecillas en la ciudad subterránea.-
-¿Ella sabe algo de esto?- Preguntó Hange mirándome.
-Si, mi mamá le dejó una carta antes de morir diciéndole lo que ella había investigado por su cuenta.- Me apoyé en la pared con los brazos cruzados. -Pero no sabía que su mamá tenía apellido ni que vivió en la superficie.-
-No pareciera que su don fuera hereditario, parecen personas muy normales.- Se sentó Hange en la mesa, dándole una vista a los papeles.
-Los padres quedan descartados en todo esto.- Erwin la siguió, anotando el avance en su libreta.
-¿Y el otro nombre?-Preguntó Hange seria.
-Ezra Múnich existió.- Respondió haciendo que un escalofrío recorra mi espina dorsal. -Pero los informes dicen que murió de un ataque cardíaco por una enfermedad genética, no por un disparo.-
-Si la policía militar realmente lo mató pudieron haber fingido otra causa de muerte.-
-¿Por qué la policía militar querría matarlo?- Pregunté sintiendo el miedo recorrer mi cuerpo, si a él lo mataron, podrían venir por Mara.
-Dijo "es él" antes de matarlo, como si supieran sobre sus sueños y visiones del futuro, lo veían como una amenaza.- Hange entrelazó sus dedos sobre la mesa y apoyó su barbilla en estos. -Debían matarlo para que nadie use su poder.-
-¿Cómo puede ver ella lo que le pasó a ese chico?- Pregunté confundido.
-¿Haz escuchado de la reencarnación?- Preguntó sumida en sus pensamientos. -Cuando morimos nacemos en otro cuerpo y siendo otra persona, pero hay informes de personas que pueden recordar sus vidas pasadas.-
