Capítulo 1

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Los soldados de Cass entrenan en el sitio de práctica de espadas. Ahí logran afinar sus habilidades con diversos armamentos y lograr ser reconocidos como grandes guerreros acumulando victorias por el imperio.

Es altamente difícil poder entrar en la caballería, debido a que cada uno de los aspirantes a caballeros debe tener un duelo conta el general Shoto Todoroki.

Es un joven alfa de grandioso talento, pues apenas tiene veintitrés años y ha logrado escalar muy alto. Sus ojos heterocromáticos son la delicia de las doncellas de Cass, pues además de ser en extremo una condición rara, también son fríos y bastante misteriosos. En las batallas que ha peleado y en las misiones que ha cumplido, se ha ganado todos sus honores. Es el mejor espadachín que existe.

Y, ¿podría proteger al emperador si no es lo suficientemente fuerte?

Su emperador, que jamás ha perdido un duelo, es muy capaz. Él no tiene permitido quedarse atrás. Al menos, no con Katsuki, el señor de todo Cass que le insta a seguir esforzandose.

Bueno, vaya esfuerzo que hace el alfa de cabello albino y rojo. Tener que soportar como todos los días su emperador va y pelea con él. Katsuki y Shoto son como hermanos, pues han crecido juntos. No son muy devotos al habla.

Katsuki grita, Shoto escucha, como ahora. 

—¡La septuagésima victoria, mitad mitad! —Katsuki se carcajea, radiante de alegría. Los soldados aplauden ante tan excelente combate. El alfa rubio pone su espada en su hombro, mirando con burla al general vencido—. ¿Es mi idea o cada vez tienes menos fuerza? La vejez te está afectando, Shoto.

—Como no menguar, si cada día me das una paliza nueva, Katsuki —responde el alfa heterocromatico, negando y soltando una breve risa—. Pero claro, solo puedo caer ante ti. ¿Sería digno de un general ser vencido por un soldado?

—Te echaría a patadas, claro está. El soldado que alguna vez logre vencerte, lo convertiré en líder de alguna tropa tuya. No eres cosa facil.

Ambos rien. La camadería siempre ha estado presente. Katsuki balancea su espada, listo para pedir otro duelo. Le encanta descargar energía en ese lugar.

Si no hubiera sido emperador, habría sido caballero. Su único deber no cumplido como caballero, habría sido jurar lealtad a alguna persona especial, pues no tiene personas especiales, a menos que fuera...

No, siempre se niega a pensar en ello.

Katsuki sonríe, y abre su boca para seguir batallando, pero un aroma ha entrado por sus fosas nasales. Uno que conoce muy bien. La presencia de cierto omega acaba de aparecer. Ante él, los soldados y el mismo general se inclinan.

El emperatriz ha puesto un pie en el campo de entrenamiento. Las feromonas causan un poco de adormecimiento, ¿o es que aquel tiene una gran belleza? Aún con el velo, se pueden distinguir las bellas facciones de su rostro.

Su ropa no pasa desapercibida. Está totalmente cubierto por telas de hermosa calidad, pero opacos colores. Marrón y gris en su gran mayoría. Ese omega no tiene alma ambiciosa, ni mucho menos afán de ser visto.

Todo el imperio de Cass sabe que el emperatriz Izuku es sobrio y prudente, es por eso que le aman. La adoración surge por sus propios meritos, pues todos saben las grandes contribuciones políticas que ha tenido en el imperio; como es que durante su tiempo de regente, ha salvado inumerables veces la devastación de la economía que se avecinó en su país.

Izuku no lo tiene claro, porque él no sale del palacio de la emperatriz. Ahí mueve todo. Solo asiste a las reuniones del consejo y tribunales, juicios en los que la presencia del emperador era requerida, pero por ser menor de edad, no podía entrar. El único motivo por el que el omega saldría voluntariamente de sus aposentos, es el emperador.

Eternamente, tú (Katsudeku + omegaverse)Where stories live. Discover now