Capítulo 15

466 50 0
                                    

-Kenia. -menciono queriendo explicarle, pero sus ojos nublados en lágrimas me paralizan, me duelen.

-Pensé que confiabas en mí.

Niego y me siento como la villana de esta historia.

-Confío en ti. -zanjo a toda sinceridad.

Ella niega y solloza cubriendo su boca.

-Te he contado todo de mí, Ariana -no me ve, eso me agrieta-, nunca me lo ibas a contar, lo sé.

-No te quise decir porque es mi problema.

-Te equivocas, mis problemas siempre han sido nuestros problemas, debiste contármelo.

Muerdo mi labio inferior.

-Lo siento. -me disculpo.

-Nunca lo esperé de ti, Ariana. -dice y me esquiva, me deja.

-Kenia, escúchame -voy tras ella, Nick me impide avanzar, veo como cruza la puerta sin escucharme-. Déjame ir.

-Dale su tiempo.

-No, necesito que me escuche. -forcejeo con él, él aplica más agarre a mis hombros.

-Ella no te oirá ahora, está enojada -me dice y lo siento como balde de agua fría-, luego la buscaremos y arreglas las cosas. Por ahora no.

-La lastimé. -musito bajando mis defensas.

-No -me toma de las mejillas para mirarlo-. No es así.

Yo no...

-No quise lastimarla, Nick, no soy una mala persona.

-Lo sé -limpia el agua bajo mis ojos-, no eres una mala persona, tranquila.

-No puedo perderla.

-No la perderás.

Bajo el rostro sintiéndome peor. La única persona que estaba ahí para mí me ha dejado y no sé que hacer para no perder. No sé qué haré, pero no quiero estar sola.

-Aún está disponible el último trozo de pizza. -oferta Nick.

Hago el amago de sonreír.

Está bien.

-Lo tomo.

La soledad de la tienda no me anima a quedarme, estoy cansada de pensar, de idearme una solución a todo. Sencillamente escapo, me voy a otro lado.

Nick no hablo en el trayecto a su departamento, y tampoco quería hablar, solo dormir y llamar a Kenia.

-Enana. -me llama.

Exhalo dejando mi chaqueta en el perchero.

-Ariana.

-¿Qué? -digo sin mirarlo, busco mi celular entre los bolsillos de mi chaqueta.

-¿Me enseñas esa película de la que me hablaste hace horas?

Me giro a él.

-No tengo ánimos, Nick.

Marco su número y directamente me cuelga. Vuelvo a intentarlo, pero obtengo el mismo resultado. Nada.

-Vamos. -insiste a mis espaldas.

-No. -el aire me asfixia, no contesta mis llamadas, me frustra.

-Por favor.

-Nick, basta -vocifero fuera de mí, cierro los ojos, él no tiene la culpa, me calmo un poco-, no quiero -le muestro mi desesperación-, solo quiero a Kenia de vuelta.

La singular melodía del amor © [✓]Where stories live. Discover now