Capítulo 26

354 44 7
                                    

Ni idea de que pasó con mi pulso, respiración y cerebro.

Desde que las luces fueron a ellos, desde que el escenario brilló por ellos, el mundo fue suyo.

La disco sonaba y la gente gritaba su canción. Los tres estaban alucinantes.

La voz de Zedd enfatizaba con tus gustos, era un poco descuidada, pero la indicada para esos temas, tenía una versatilidad increíble, podía cantar en tonos de voces angelicales y luego tornarse tan gruesa que asustaba. Espléndido.

Dejar la guitarra en manos de Louis fue la mejor decisión, él sabía que acordes sonaban y cuales podía ponerte a alucinar con frenesí, con locura.

Y luego, el lunático de la izquierda.

Nick.

Ya lo he visto tocar antes, pero admito que jamás dejará de sorprenderme, toca tan bien, amo sus ritmos, sus solos, su sonrisa, su mirada. A él.

Está sudado, su cabello mojado cae en cascadas sobre su cara seria, sus brazos se tensan consecutivamente, en cada movimiento que da con ellos, es ágil imponiendo el paso, hasta ahora el paso es lento, repetitivo y pegadizo, está concentrado en sus baquetas.

Zedd le da un silbido, Nick eleva la vista sin dejar de mover sus baquetas, le canta una frase de la canción, Nick ríe bajito, y el público lo oye por el micrófono. Muchas chicas se enloquecen con el sonido.

Nick vuelve a reír.

Es tan sexy.

Muerdo mi labio inferior.

Sabía que verlo en el escenario sería algo inexplicable, desde que tomó las baquetas yo ya estaba perdida. Perdidamente enamorada de ese baterista lunático.

Y me asusta que lo esté, estoy tan asustada de estar enamorada.

Ellos solo cantan, dan un espectáculo. Ya he tomado demasiadas fotos, y videos detrás del escenario.

Todas las chicas a mis espaldas gritan y saltan con la letra de esa canción.

Yo también me la sé, pero sé de otras cosas mucho más importantes.

Dile.

Me dice esa voz en mi cabeza.

Nick marca ritmos y sonrisas.

Mi corazón va estallar de la emoción.

Se lo diré.

Sonrío, moviéndome un poco, paro de bailar, la boca se me seca.

—¿Cómo se lo diré? —me susurro.

Estoy enamorada de ti, lunático.

¿Así?

Resoplo yendo a la barra, sentándome, Roger me vigila.

La canción está por terminar, mis manos sudan, estoy nerviosa, ahogándome con la confesión que quiero hacer. Hoy no puedo ser cobarde, no ahora, no con Nick.

Todos aplauden, también lo hago.

Ya es hora.

Es el momento, Ariana, envalentónate y dile que no solo te gusta, sino que también estás enamorada de él.

Vamos.

Mi corazón le dará un paro.

—¿Te sientes bien?

Asiento para Roger.

—¿Por qué lo preguntas?

¿Tanto se nota?

La singular melodía del amor © [✓]Where stories live. Discover now