🧙🏼‍♀️

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Cuando al fin hubieron llegado a su destino, dentro de aquella tienda oscura y algo fría, una anciana atendió a su petición:

Si un hada quieres encontrar, entrar a la cueva deberás sin aterrar.

—¿Eh? —Kageyama inclinó la cabeza a un lado con un enorme signo de interrogación por encima de él.

—Donde las flores dulces nacen por fuera y alimento es de la que está dentro.

¿Flores dulces comestibles? —el azabache aún no comprendía. Por supuesto que no era un tonto, pero la viejecilla tampoco se la puso tan fácil— Abuela, quiero un hada, no un licántropo come flores que vive en una cueva de piedra —dijo perdiendo la paciencia, sin que a la presente le importara.

Tu corazón te guiará hasta el aroma del amor, hechizándote peligrosamente aun hasta la muerte con profundo dolor —profetizaba al pelinegro.

Ugg, olvídelo, con eso tengo suficiente —se rindió— ¡Vamos a buscar en todas las cuevas del bosque Nishinoya! ¡No descansaré hasta encontrar a mi hada! —el pelinegro salió corriendo sin perder el entusiasmo en dirección al profundo y denso bosque.

¡Tobio, espera! ¡La abuela no había terminado de hablaaar! —le persiguió el bajo.

Aquel muchacho no se imaginó la gran aventura que le aguardaba. Poco a poco iba a descubrir por su cuenta grandes acontecimientos que sucedieron años atrás, lo que también le afectaría a él en el futuro.

Lo cierto es que las hadas habían dejado de frecuentar el reino humano luego de un conflicto entre la raza de los ángeles, quienes eran los más fuertes aliados de los humanos. No rompieron el acuerdo de ayudarse entre sí para eliminar a toda la raza maligna, pero se distanciaron de ambos reinos mientras en secreto planeaban formar su propio sistema de defensa.

A cada hada se le otorgó la bendición de poder florecer un tipo de árbol o planta, proveen de vida a la tierra y mantienen en orden la naturaleza de ella. Lo contrario son los ángeles, ellos gobiernan el cielo y manipulan el clima, sin embargo, jamás prometieron servir a ninguna raza, son demasiado altivos como para relacionarse con otro ser que no sea de su misma especie, solamente aceptaron el acuerdo de defensa contra las razas oscuras porque también les convenía recibir ayuda para deshacerse de ella.

Todo habría marchado bien hasta la época para ángeles y hadas si tan solo no se hubiera dado una relación prohibida entre dos de sus líderes antepasados, pues existió una hada y un ángel quienes rompieron esa regla hasta procrear el fruto de su amor, por lo cual fueron condenados como su gran único pecado.

Flores de melocotónWhere stories live. Discover now