10- Completamente enamorada de ella

2K 107 134
                                    


Había vivido el momento más incómodo de toda su existencia. Lexa frente a ella con su novia al lado, cada vez que la miraba sentía latigazos violentos en la boca del estómago, esa chica tenía todo lo que ella no podía, envidiaba su suerte y a veces no de la mejor manera, pero no tenía culpa, era normal enamorarse de ella y quererla a su lado, normal quererlo todo con ella y hacía cinco años que Kate lo tenía, sin restricciones, sin esconderse, sin miedos, disfrutando por completo de aquel amor. Después estaba Nicole, y se sentía terriblemente mal por estar sintiendo aquellas cosas y por sentirlas por Lexa, por haberla llevado hasta allí, sentía que la traición hacía su mujer había llegado a otro nivel. Intentó no ir, que se quedaran en casa en cuando su mujer le dijo que al final pensaba ir, pero no tuvo suerte, debió insistir mucho más. Se sentía casi asquerosa por mirar a Lexa con la pelirroja al lado, por eso evitaba hacerlo, pero lo que sentía por ella hacía tiempo que era inevitable y contra eso no podía hacer nada. Y por último, Connor, no sabía cómo sentirse con respecto a él, pero verlo en brazos de Lexa le removió muchas cosas por dentro y quiso sentirse mal por eso también, pero no pudo. La morena por fin conocía al amor de su vida y no se podía creer que estuviera pasando de verdad, estaba hasta nerviosa y lo mejor de todo era que al niño pareció encantarle, porque le dio la maldita chapa, algo que la conmovió y le encogió el estómago a partes iguales, porque su hijo había notado que Lexa no estaba bien y había tenido la generosidad de compartir aquello que era importante para él y por otra parte si Lexa no estaba bien era por su culpa. Le pareció increíble que se durmiera en sus brazos, no solía hacer esas cosas, siempre las buscaba a ellas, pero lo entendía, entre los brazos de esa chica se estaba demasiado bien y la cara de Lexa, cómo lo miraba, cómo lo acariciaba, la enamoró un poco más. Se agobió terriblemente cuándo fue consciente que Nicole y Kate se conocían, aquello era algo malo ¿Podía tener alguna consecuencia? Tuvo la sensación de que eso no estaba bien, era angustioso, si alguna de las dos empezaba a sospechar algo... todo se iría a la mierda y ella no quería renunciar a nada de lo que tenía, es que no podía. Y todo aquello con Connor en el centro de su universo, que algo cambiara en él, con él, sería devastador para ella.

Esa semana lo pasó algo mal, porque Lexa no aparecía y empezaba a pensar que había pasado algo, que Kate se había dado cuenta de lo que pasaba entre ellas o que simplemente había cambiado de opinión. Y no pudo más, se arriesgó a hacer algo que no hubiera hecho nunca y menos en San Francisco. El móvil personal estaba descartado y el del trabajo debía ser solo para temas laborales, pero es que no aguantaba, necesitaba saber y calmar esa ansiedad que la estaba volviendo loca y mientras en casa, su mujer parecía estar algo rara, pero también era culpa suya, todo lo de aquella noche y la ausencia de la morena la estaba afectado en el día a día, procuraba minimizarlo, pero solo era una humana cualquiera, y el tema del sexo se veía afectado de vez en cuando sin motivo aparente, aunque sus razones tuvieran un peso enorme. Por eso tuvo que escribirle y su respuesta le quitó como mil años de encima. Las dos semanas en Los Angeles fueron simplemente perfectas y ya no podía engañar a nadie, ni a si misma y decir que no se había enamorado de ella. Y así conoció ese sentimiento, así supo qué era ese tipo de amor y lo que se sentía cuando te envolvía por completo, un amor que no podía ser contenido, era algo maravilloso, que quería atesorar en cada parte de su ser.

Había llegado de trabajar y su mujer estaba en la ducha, la esperaron para hacer la cena. Su hijo esperaba que le montara un monigote que le había tocado en una de esas maquinas expendedoras, estaba apoyada en el banco de la cocina con él observándola muy atentamente.

¿No puedes?

Si que puedo, pero estas instrucciones están mal

¿No será que no sabes? - Lo miró ¿Qué acababa de decir? Puede que hasta frunciera un poco el ceño y el niño la miraba serio, volvió mirar aquel juguete, ya casi lo tenía, solo un poco más y... -

The price of loving you - GIP Clarke -Where stories live. Discover now