11- Yo solo te quiero a ti

3.6K 98 86
                                    


Fue imposible no darle vueltas al hecho de que Lexa había dejado a su novia, por mucho que dijera que no había sido por ella, estaba claro que si, que el detonante había sido lo que ellas tenían, que quizás no estaban tan bien como la morena creía o lo que tenían no era tan fuerte como pudiera haber creído, pero no se habría dado cuenta de no ser por qué apareció ella y no le habría hecho falta hacerlo porque era feliz, así que se sentía culpable, ella no podía hacer lo mismo, quería poder, pero no lo hacía, y sentía que no estaba a la altura de ninguna de las dos, Nicole merecía otra cosa, merecía un cien por cien y Lexa merecía al menos, igualdad de condiciones, lo que la llevaba a deberle otro cien por cien a ella. Era lo que quería darle, todo, igual que lo que la morena había escogido entregarle a ella ¿Y si se cansaba de aquel desequilibrio? No quería ni pensarlo porque aparte de la culpa aparecía también la angustia junto con una sensación de vértigo que le recordaba que podía perderla y la putada más gorda era que no se veía ya sin ella, imposible, esa imagen no la concebía, porque perdería mucho más que a la persona de la que estaba enamorada, se perdería ella misma después de haberse encontrado por primera vez en veintiséis años, su hijo le había dado el sentido que su vida necesitaba, pero es que Lexa había sobrepasado ese límite y tenerla era tenerlo todo también, algo a lo que no podía renunciar, algo que tenía que cuidar y se agobiaba ante la posibilidad de no estar dando el nivel, de no llegar a ser suficiente algún día, Lexa era lo más especial que tenía y su deber era hacérselo sentir así y llegar a aquel mínimo, el que retenía a Lexa a su lado, alargarlo lo máximo que pudiera, hasta que la morena decidiera que quería una vida diferente, una que pudiera vivir siendo completamente libre, con alguien que le diera su cien por cien, sin barreras de por medio. Evitaba pensar en ese tipo de cosas, cuando llegaban las expulsaba de su mente antes de que pudieran afectarle más de lo que ya lo hacían. Quería creerse que Lexa estaba bien, debería estar con ella cuándo más la necesitaba, porque a pesar de no creerla cuando le restaba importancia, ella sabía que la necesitaba, pero le era mucho menos complicado hacer que la creía, porque en San Francisco las cosas funcionaban así, de forma imperfecta, errónea, se encontraba entre dos aguas y tenía que elegir, por eso le jodía que Lexa se lo pusiera tan fácil, solo porque ella estuviera bien, por no complicar más las cosas aunque por dentro se muriera por tenerla cerca, a su lado, por no pasar por eso ella sola, seguro que si la tomaba de la mano, aquel mal trago sería menos malo y aún así la apartaba porque pensaba en ella y ella se alejaba llevándose aquel nudo en el estómago.

Lentos, los días que restaban pasaron muy lentos y estaba distraída, cada vez que Nicole la miraba la encontraba con la mente en otra parte y lo justificaba con un exceso de preocupación por el trabajo. Si no se estremecía por una, lo hacía por la otra y estaba segura de que su cuerpo tenía un límite y lo estaba forzando. Aquello que sentía todo el puto día debía de ser el Karma gritándole "Te lo mereces" y terminaba con un "Jódete" que retumbaba muy fuerte ¿Pero qué iba a hacer ella si se había enamorado perdidamente de otra mujer? ¿No tenía derecho a sentirse cómo lo hacía cuándo estaba con Lexa? Y hubiera sido demasiado fácil si su hijo no hubiera estado de por medio, o al menos mucho más fácil, o si Nicole no se hubiera portado cómo lo hizo y cómo lo seguía haciendo, pensaba en hacerle daño y se descomponía por dentro, pero es que después pensaba en Lexa y lo que esa chica tenía que aguantar por estar con ella y no le quedaba nada entero dentro. A veces deseaba que su mujer dejara de sentir esas cosas por ella, que dejara de estar enamorada, tal vez así la decisión no le haría tanto daño y se daría cuenta mucho antes que ella no merecía que lo hubiera estado durante tanto tiempo, así, quizás su hijo no la podría culpar solamente a ella, sería mucho más fácil si no la viera destrozarle el corazón a su madre, si separarse lo viera cómo la solución y no cómo el problema, pero no, por alguna extraña razón Nicole se empeñaba en decirle que la amaba demasiado a menudo y desde que apareció Lexa, algo que le encantaba escuchar, había pasado a provocarle dolor, una sensación desagradable porque debía contestarle que ella también, que la amaba, pero no podía, en lugar de eso se acordaba de Lexa, porque la palabra amar la llevaba directamente a ella. Y si hubiera tardado tan solo un día más en coger aquel avión, se habría terminado por volver loca, solo quería, necesitaba pisar de nuevo el suelo de aquella cuidad, dónde ellas dos eran y ser lo que Lexa merecía al menos durante dos semanas enteras, ser lo que ella quería ser, dejarse envolver por aquel mundo que era solo de las dos y recuperar la cordura, espantando todo lo que la hacía sentirse mal, porque con ella, cómo siempre, todo estaba bien, durante esas semanas era muy fácil hacer cómo que nada más existía, cómo que nada importaba, por muy gordo que fuera el problema, porque sinceramente, carecía de sentido, ella conseguía llevarla hasta aquel punto, la guiaba hasta dónde necesitaba estar.

The price of loving you - GIP Clarke -Where stories live. Discover now