Capítulo 1: El despertar a una nueva pesadilla

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✦ Hola, hermosas criaturas 🌸. Vengo hoy con una nueva historia kagehina que espero les guste y salga mejor de lo previsto.

✦ No tendré muchos lectores, pero a los que leen lo que subo, para finales de mayo prometo actualizar A reminder.

✦ Eso, espero gocen la lectura y lamento el angst desde tan temprano.

Hay un pitido, pero no logra reconocer de qué va o cuál es su función

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Hay un pitido, pero no logra reconocer de qué va o cuál es su función. Solo sabe que le punza la cabeza, que algo le impide respirar con normalidad y que ese ruido insistente le complica el seguir descansando como le gustaría.

Le pesan los ojos y se siente agotado físicamente. Intenta poner a trabajar a su cerebro, pero no logra recordar la última actividad que realizó como para dejarle así de amolado.

Estábamos..., Atsumu y yo estábamos...

Le llega otra punzada en la cabeza y se queja, o tiene la sensación de haberse quejado en voz alta, pero no capta nada además del pitido insistente.

Atsumu...Atsumu, ¿dónde estás?

— ¿Hinata, me escuchas? —Registra la voz de alguien, no sabe quién, tal vez sea el tal Atsumu, la persona cuyo nombre no deja de repetir, sin tener razón de peso, o al menos de lo que recuerda.

¿Hinata? ¿Quién es Hinata? ¿Quién es el que me habla? ¿Dónde estoy?

Se retuerce, sabe que lo hizo porque escucha más exclamaciones, como: "¡despertó! ¡despertó!", "Bokuto, guarda silencio y ve por el médico", "¿Hinata, me escuchas?"

Logra distinguir entre la neblina que hay en su cerebro tres voces, pero no le da nombre a esas personas, porque no sabe de quiénes se trata, salvo que suenan preocupadas por su estado.

Hinata... ¿ese soy yo? ¿Están preocupados por mí?

Atsumu, ¿dónde te metiste?

Hay un destello en medio de la neblina y se visualiza en un carro, andando en una carretera, rodeado de una capa de nieve a lo largo de ésta. Nota que la compañía que tiene es la de alguien con cabello rubio. Algo dentro de su pecho se infla y le indica que esa persona es el tal Atsumu. Confiado de finalmente encontrar esa respuesta, estira el brazo con el fin de tomar su mano y entrelazar sus dedos, porque esa sensación en el pecho le promete que estará seguro si solo se la toma. Que todo estará bien si lo sostiene de la mano y se mantienen juntos.

¡Shouyou!

¡Atsumu!

Pero al momento de cogerla y de sentir el tacto de su piel contra la suya se escucha un ruido ensordecedor que se asemeja al claxon de un carro, y después un estruendo como de metal chocando.

Todo se oscurece y todo duele. Ya no hay luz que le guíe en la neblina, salvo la sensación sorda de tener todos los huesos rotos y como algo líquido sale de su cabeza y desciende por su rostro.

Lo que aprendí de ti [kagehina]Kde žijí příběhy. Začni objevovat