Capítulo 3: La psicología inversa de tenerte y no extrañarte

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ღ Hello, un saludo a todos los que sigan leyendo estas choradas. En serio, mil gracias por darle la oportunidad a esta historia, sus votos, vistas y comentarios, significa mucho para mi ❤️.

ღ Advertencias: considero este capítulo con contenido sensible, mas que nada por la escena final, sabrán perdonarme: depresión, ideas suicidas, daño físico y emocional.

ღ Sin más preámbulos, continuamos...

Hinata Shouyou era una persona que había cometido varios errores a lo largo de su vida, sin intención de haberlos realizado, llevándose por la emoción del momento y lo que le decían quienes él consideraba sus amigos

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Hinata Shouyou era una persona que había cometido varios errores a lo largo de su vida, sin intención de haberlos realizado, llevándose por la emoción del momento y lo que le decían quienes él consideraba sus amigos.

Como entrar a una casa ajena para robar algo de valor y así ayudar a su amigo Shita-kun que pasaba por un momento de quiebre ya que su mamá necesitaba de una cirugía costosa.

Cómo usar la casa de Ainawa-kun para montar la fiesta del año y terminar castigados tras quedar rotos la mayoría de los objetos del lugar.

Cómo copiar en los exámenes finales de la preparatoria para poder pasar y ser descubierto, dándole un ultimátum para no expulsarlo en el momento.

Pero el peor de sus errores, había sido el que cometió la tarde de ayer. Con Tobio. Al usarlo para su propio beneficio personal, haciendo caso omiso a lo que el otro sentía por él. Despertando de su ensoñación al escuchar su voz rota y ver la tristeza alojada en sus orbes azul tormenta.

Una tormenta que ya había empezado y Shouyou se negaba a ver.

Estaba tan arrepentido de su acción que cuando llegaron su mamá y Natsu para cuidar de él, ni siquiera pudo recibirlas como se lo merecían.

Fue ahí que se dio cuenta que tenía a otras personas importantes por las que debía seguir adelante, pero tenía la energía por los suelos, la mente embotada en recuerdos y el corazón roto en miles de pedazos como para intentar avanzar.

«Tal vez yo no sepa mucho de la vida, pero no creo que esté hecha para derrumbarte por la pérdida de alguien.»

Le había dicho su dulce hermana, mientras él tenía su cabeza recostada en sus piernas y hacían zapping con la televisión, con su madre preparando una merienda para todos.

Sabía que no lo decía por hacer borrón y cuenta nueva, arrancar las páginas de ese libro que estaba lleno con la historia que tuvo con Atsumu. Se lo decía como un bálsamo a una herida que ardía y latía por cuenta propia, la cual requería cuidado desmesurado y tranquilo, un cuidado lleno de cariño proveniente de alguien que te quiere con todo su ser.

En el fondo, él quería avanzar, seguir adelante, sobrepasar esta horrible tragedia y continuar a la par de sus amigos, que parecían haber digerido mejor el asunto. Haberlo contemplado y no dejarse derrumbar por el pasado que habían forjado junto a Atsumu.

Pero igual en su interior se albergaba ese pensamiento de que merecía su propio luto. Que merecía estar triste, dolido, llorar y gritar, y rabiar de ser posible. A su historia de amor, esa que creía sería para siempre. Esa que se juraron en el tejado de un edificio cuando Atsumu le propuso matrimonio.

Lo que aprendí de ti [kagehina]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora