Escenas extra de ¡prohibido extrañarse!

[3] Dan & Ellie

[EXTRA 3]

Ellie

Me hubiera gustado decir que no volví a ver a Dan después del beso... pero mentiría. 

Habíamos salido 4 veces en una semana. Y conectamos de una increíble manera.
No solo hablábamos de nosotros, él estaba confundido sobre su relación y yo me comporté como una verdadera amiga, sostuve su mano y lo aconsejé.

Sabía lo que Ari significaba para él, había estado enamorado de ella desde hace años, la esperó cuando estuvo apunto de casarse, pero el amor no dura toda la vida y eso era un hecho.
Ari había hecho todo para alejarlo y hacerlo dudar del amor que le tenía, yo solo no entendía el por qué ella no lo dejaba ir, era claro que ya no lo amaba.

—¡Ellie!—una voz me hizo volver a la realidad.

Y regrese a donde estaba.
Con Andrés y Ali.

—Lo siento, ¿qué decían?—pregunte.

Ambos sonrieron y compartieron una mirada de cómplices.

—Yo creo que Ellie está enamorada...—sugirió Andrés.

—Pienso lo mismo—apoyo Ali.

—¿Enamorada?, claro que no, dejen de decir cosas.

—Has estado muy distraída últimamente—comentó Ali.

—El trabajo y mi próximo viaje a Boston me tienen revuelta.

—Ajá...—murmuraron al mismo tiempo ambos.

Suspire, ya sospechaban.

****

Navidad llegó tan rápido como se esperaba.

Y yo realmente me había propuesto emborracharme hoy y al parecer Dan quería lo mismo.

—Deberías ir más despacio—sugirió luego de verme beber todo de un trago.

—Si voy lento se va a acabar la noche y yo acabaré sobria.

Poso una tierna sonrisa—Cuanta razón tienes.

Recargue mi cabeza en el sofá y logre ver a Ali riendo sobre algo que decía Andrés, se la estaba pasando realmente bien y no quiere decir que yo no, sólo era complicado.

—¿Te gustan estas fechas?—pregunto.

Regrese mi vista hacia él.

—No, de pequeña siempre la pasaba con mis padres, era terrible.

—¿Por qué sería terrible?

—Porque papá se emborrachaba, mamá hacía lo mismo y coqueteaba con el santa que solía ir a darnos los regalos, papá se enojaba y siempre terminaban peleados.

—¿Papás divorciados?

Niego—Papás que se odian, que ya no son felices juntos pero que son demasiados cobardes para separarse, así que preferían que nosotros viviéramos un infierno.

—Lo siento...

Suspire—Esta bien, después de mucha terapia pude superarlo.

—¿Siguen juntos?

—Lamentablemente—respondo.

—Entones me alegro un poco de que los míos se hayan separado.

—¿Sufriste lo mismo?

—Algo así.

—Bueno pero ahora tu madre se ve radiante de verdad.

Sonríe—Si, ella está feliz.

Candace llegó a la cena con su nuevo amigo, es agradable, aunque los hermanos Harrison hagan su estúpido drama de hijos celosos se que están felices por su mamá.

No sé en qué punto de la noche nos emborrachamos tanto. Llegó el momento más cursi de la noche, abrimos los regalos, Dan me obsequió un hermoso collar de un sol, por que alguna vez le dije que amaba los atardeceres, por mi parte le di una pulsera de luna, pues él había dicho que amaba las estrellas y la noche.

También presencié una propuesta de matrimonio que me hizo darme cuenta que jamás me pasará algo igual.

Para el final del día estaba ebria, muy ebria.

—Déjame llevarte a tu apartamento—insistió Dan.

—Tu vas más ebrio que yo—arrastré las palabras.

—No estoy ebrio, vamos borracha—me tomo de los muslos con cuidado y me cargo.

Parloteando me subió a su auto, Ali me despidió con un beso en la frente.

—Te quiero borracha—murmuró.

—¡No estoy borracha!—insistí.

Dan solo sonrió y arranco.

Durante todo el camino conté chistes malos, eran realmente malos pero Dan solo reía por compromiso.
Honestamente se me bajo muy rápido el alcohol, cuando llegamos a mi apartamento ya estaba más consiente por eso dije lo que dije.

—¿Quieres entrar?—pregunte.

—¿Quieres que entre?

—Pues si, si no quisiera ni siquiera te invitaría.

Sonrió—Muy directa.

Nos bajamos y entramos.
El apartamento aún se sentía vacío, no me quería encariñar con el, aún no estaba segura si viviría aquí.

—Es un lindo apartamento—alabó.

—Y no has visto la cama.

¡Carajo!, eso sonó bien en mi mente.

—Eso fue algo directo, ¿intentas llegar a algún punto?

—Solo si tú quieres lo mismo.

Me acerqué a él, llegó el momento en el que lo tenía tan cerca que podía oler su perfume, apreciar sus cejas, la textura de sus labios.

—Estas ebria, no quiero que mañana lo olvides.

—Mañana no olvidare nada—asegure.

Se inclinó y besó mis labios.

Justo ahí me perdí por completo en sus brazos, en su respiración cercana a la mía, en su tacto que traspasaba por mi ropa y lo sentía en mi espalda. El ardor de mis huesos por su cercanía.

No lo había sentido antes.

Él como me quemaba por el, solo esperaba que fuera mutuo, por que su no lo era iba a doler y mucho.

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