[4] Dan & Ellie +18

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[EXTRA 4]

Ellie

Estaba acostumbrada al sexo. Era algo esencial para mi, durante mi romance con Travis nos separamos varias veces. En las cuales intente salir con alguien más. Pero siempre regresaba con Travis por una sola cosa.

El sexo.

Ningún hombre era como el, y sentía que eso siempre me iba a tener atada. Estaba exhausta, cada que me gustaba un chico por su forma de ser, siempre me decepcionaba por otra cosa...

Dan era delicado, en todo momento lo era.
Era como si quisiera que este momento se me quedara grabando para siempre, pues su toque era cuidadoso.

Sus besos eran desesperados, mis dedos acariciaban mi cuello. Torpemente caminamos a mi habitación, no dudo en lanzarme a la cama, comenzaba a ser más brusco, me gustaba en realidad.
Mi vestido comenzó a abandonar mi cuerpo, yo misma comencé a quitarlo, me quede solo en bragas, pues ni siquiera me puse sostén hoy.

—¡Dios!—jadeó al tenerme desnuda ante él.

Me sentí intimidada, sentí la necesidad de cubrirme por miedo a que no le agradara lo que veía, pero me impidió tomar la sábana.

—Eres una obra de arte Ellie, jamás te cubras, la persona que te merece debe sentirse en un museo cada que te desnudes frente a él.

Sonreí—¿Puedes ser así de cursi y sexy a la vez?

—Si puedo—se inclinó y besó mis labios.

De la bolsa de su pantalón sacó un sobre plateado, sonreí al verlo, pero resbaló de sus manos y cayó al piso, bufé y esperé.
Dan se agachó y recogió algo, después me lo mostró y me morí de la vergüenza al ver lo que había encontrado.

Un pene de obsequio Andrés, aún recuerdo sus palabras cuando me lo dio.

"Te lo regalo para que no te salgan telarañas ahí abajito amiga"

Sonreí y me sonroje.

—¿Así qué este es tu juguete favorito?

—En mi defensa fue un regalo.

—Déjame adivinar... ¿Andrés?

Asentí—El realmente se preocupa por mi soltería.

—¿Y si lo utilizas?

Me mordí el labio—Aún no en realidad.

—Siempre es bueno enseñarte cómo se siente.

—Muéstrame entonces.

No dudo en acercarse, ponerse de rodillas frente a mis piernas. Sus manos viajaron hacia mis bragas, las deslizó fuera de mis piernas con cuidado, su mirada siempre estuvo sobre la mía.
Noto la evidente humedad en ellas y eso lo hizo sonreír.

—Estas mojada y aún no te he tocado.

—Pero si besado...

El plástico resbaló por mi entrada, eso me hizo jadear muy fuerte, se sentía bien.
Poco a poco comenzó a penetrarme, tome fuerte las sábanas y gemí, sin vergüenza alguna.

—Dan...—gemí.

—Mira como te pones Ellie, y ni siquiera tienes mi polla dentro de ti.

Carajo, comenzó a moverla haciéndome perder el control, me sujete de sus hombros y doble un poco mis piernas para que tuviera mas acceso.

Había experimentado con algunos juguetes sexuales, era divertido y satisfactorio, honestamente nada como esto, nada se sentía así.

—No quiero correrme...—pedí.

Escenas extra de ¡prohibido extrañarse!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora