Escenas extra de ¡prohibido extrañarse!

[8] Ali

[EXTRA 8]

Ali

Las últimas semanas se habían pasado volando, entre los trillizos y la boda, todo me estaba volviendo loca y aunque mis amigos me ayudaban muchísimo, igual era complicado.

Hoy era la dichosa despedida de soltera que Andrés y Ellie planearon por semanas enteras, ambos rentaron un lujoso lugar y no  me imagino cono estará. No tenia tantas amigas aquí pero Andrés se encargo de invitar a todas las que tenia en Nueva York, raramente aceptaron, porque jamas le dirían que no a Andrés.

Mi celular vibro sobre el lavamanos, los pequeños tomaban una siesta y yo aproveche para ponerme una mascarilla.

La cara de Andrés apareció en la pantalla y no dude en contestar.

—Hola..—respondi

—¿Cómo amaneció la futura novia más linda?—grito a traves del teléfono.

—Bien.. creo.

—Expulsa toda esa negatividad, hoy es un graaan día—grito.

—Espero que lo sea...

—¿Dónde dejaras a los pequeñines?—cuestiono.

—Con Candace y Robert—conteste sin prestar demasiada atención.

—Con los tiernos abuelos..—susurro.

—Si Damián te escuchara, te mataría—advertí algo divertida.

Candace formalizo las cosas con el hombre que trajo en navidad, Robert es atento y se nota que derrama amor por ella. Pero Damián y Dan se han tomado muy enserio su papel de hijos celosos.

—Algún día tendrá que aceptarlo..—agrego Andrés.

—En el fondo si le agrada, solo que se hace el orgulloso.

—Bueno, debo irme, mas tarde nos vemos...

—Aun no me han dicho donde será esa aclamada fiesta...

—Ni te diremos, es sorpresa..—colgo.

Bufe, al menos lo intente, pero no he podido sacarles nada, ni a él, ni a Ellie.

De cualquier forma continué haciendo mis cosas hasta que se llegó la noche.

Los planes estaban listos, hoy sería la despedida de Damián y la mía, pero nuestros amigos nos aseguraron que no nos encontraríamos. Candace accedió a quedarse con los trillizos como siempre, ella era realmente feliz y yo lo era más al ver a que mis hijos finalmente tienen a una abuela que los ama mas que nada.

Andrés y Ellie realmente se encargaron de todo, hasta de mi vestimenta. Observaba un vestido blanco reposar en mi armario, era corto y mostraba mucha piel, me mordí el labio intentando encontrar valor para ponérmelo.

Estos últimos meses me ha sido complicado aceptar mi cuerpo después de tres hijos, sabia que pasaría y estaba dispuesta a hacerlo suceder, pero es complicado.

Intente ignorar las voces negativas de mi cabeza y me lo puse, al final de todo no me quedaba tan mal. Lo combiné con unos enormes tacones plateados, mi pelo caía en unas agradables hondas y mi maquillaje era algo brillante y simple.

Estaba lista para esta noche...

Candace beso mi mejilla y se quedo con los bebés, no vi a Damián y ese era el plan, no verlo esta noche.

Como pude tome mi teléfono y seguí la dirección que mis amigos habían enviado, era algo lejos de casa pero continué conduciendo.

Hasta que entre a un camino, se veían muchas luces y autos aparcados. Era un enorme salón y todo estaba lleno de colores, gente bailando por todas partes y un enorme cartelón en la entrada que me hizo entender que estaba justamente en el lugar correcto.

"Despedida de Ali"

Escrito en letras neón y algo enormes, el cartelón resaltaba demasiado, más de lo que me gustaría. Me estacioné y con cuidado baje, había mucha gente, dentro y fuera de la gran casa que mis amigos habían alquilado para mi despedida. No se porque pensé que sería algo tranquilo, conociendo a mis amigos para ellos esto es algo tranquilo.

Camine tranquilamente hasta la entrada que estaba custodiada por un guardia.

—Nombre—exigió de mala gana.

—Ali...—susurre temerosa.

Repaso la hoja arrugada que tenía en la mano.

—No estás en la lista.

—Eso es obvio... es mi despedida.

Bajo sus lentes y me observo.

—Llega tarde señorita—reprendió.

—Lo se...—susurre.

—Un segundo—pidió.

Tomo un radio y aviso que yo estaba ahí.

Pasaron unos eternos minutos donde se paró la música y una brillante luz cayó directo a mi cegándome por completo.
Mis amigos estaba arriba de una gran tarima con un micrófono en la mano.

—Con ustedes, la más increíble y futura esposa de un hombre sumamente caliente que tiene una gran polla y le da duro cada noche...—comenzó Andrés.

El público solo rió por sus extrañas palabras.

Ellie le arrebató el micrófono con rapideza.

—Te amamos Ali, jamás lo dudes y no es que te envidiemos porque tú hombre te de duro, a mi también me dan y cada noche...

Andrés le quitó el micrófono antes de que revelara algo más

—Demasiada información amiga..—susurro—Como sea, el punto es que, ¡la futura novia ya llego!—grito.

Todo el mundo comenzó a gritar y aplaudir, ambos bajaron y corrieron hacia mí para abrazarme y llenarme de besos.
Confieso que llore un poco en ese momento y después me perdí entre abrazos de gente desconocida y felicitaciones, sabia que jamás volvería a ver a estas personas pero agradecía su valor para felicitar a alguien que no conocían.

Después de eso la verdadera fiesta comenzó, todo era neón, los invitados iban de colores llamativos y yo era la única que iba de blanco. Me pusieron un falso velo y comenzaron los peligrosos tragos.

Los shorts comenzaron, Andrés con una pistola de agua comenzó a lanzar tragos directamente en la boca de las personas, después llegaron unos carritos llenos de shots de todos colores. Definitivamente me emocione tanto que probé de todo, todo lo que entraba a mi boca yo lo bebía y por una noche confié en Andrés y todo lo que me daba.

Verdaderamente dejé mi alma en la pista de baile, me mezclé entre la gente y disfruté cada una de las canciones que sonaban, si iba a extrañar esto, pero mi vida no sería un encierro, podría salir a divertirme cada que yo quisiera, no iba a atarme, solo iba a casarme.

A las 12 llegaron los bailarines, me sentaron a mis amigos y a mi sobre el escenario y comenzaron a bailarnos. Jamás había visto tan feliz a Andrés, creo que parecía que él se iba a casar y yo no.

Cuando termino el baile estaba tan borracha que olvide muchas cosas, recuerdo que la fiesta acabó y que ya eran las 3am, subimos a un auto pero desconozco quien iba conduciendo.
Lo último que mi mente captó fue unas letras brillantes y neones "tattos", después de eso sentí un gran dolor en mi piel, Andrés guió la botella de tequila a mis labios y le di un gran trago, con eso calmo el dolor.

Eso fue lo último que guardé en mi memoria.

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