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Draco se encontraba arribando al gran comedor, había decidido saltarse la bienvenida y las palabras de aliento de la nueva directora del colegio con respecto a la guerra que acababa de terminar en victoria.

El había pasado el año en que el colegio se encontraba en reconstrucción en terapias y campamentos de desconstruccion para mortifagos.

La mayoría de hijos de padres mortifagos que participaron en la guerra tenían que acatar las indicaciones para reivindicaciones en el mundo mágico.

Por ello, Malfoy y la mayoría de amigos se vieron con la obligación de regresar a terminar el año a hogwarts.

Pero no eran los únicos, el trío de oro junto con otros estudiantes que no cursaron el año en el que se dió la guerra igual tuvieron que retomar las clases.

Siguiendo con la llegada de Malfoy, tomó lugar junto a su amigo Nott y Daphne Greengass.

En el transcurso de la cena el observaba al resto de los alumnos, lamentaba la perdida de algunos que en su momento fueron importantes para el como  Blaise Zabini y la menor de las Greengas Astoria.

Ahora el y sus amigos estaban tratando se superar la perdida, y que mejor que apoyándose el uno con el otro.

En un momento de divagar el notó como una joven que jamás había visto se cruzó por su vista, llamando su atención pues era la primera vez que la veía.

—¿Habrán llegado nuevos estudiantes?— le preguntó a Daphne.

—Solo los de primero año.

Draco lo pensó, pues la chica no parecía de primer año; miró hacia donde había visto pasar a la joven y la vio sentada al rincón de la mesa, con su mirada puesta en la comida y el cabello cubriéndole la mitad del rostro.

Prefirió esperar a que fuera la hora de ir a las mazmorras para poder observarla mejor, había algo en ella que llamó su atención, cosa que no pasaba desde el quinto año.

La cena se daba por concluida, los prefectos guiaban a los niños de primer año y los demás estudiantes regresaban a sus casas.

Por los pasillos se veían a los jóvenes de último año platicar y dándose abrazos de reencuentro, algunos Ravenclaw con los de gryffindor y slytherin; que fueron los que más cambiaron.

Malfoy vió a Potter junto a una chica de Hufflepuff, sus miradas se cruzaron y ambos sonrieron al verse, el perdón que le había otorgado Potter a los Malfoy fue lo que la familia necesitaba para entender más de los privilegios y niveles en el mundo mágico.

Apunto de llegar a las mazmorras un chico de tercer año chocó contra Malfoy haciéndolo tambalear en las escaleras, la mayoría volteó a ver lo que pasaba, pues era sabido que Malfoy solía tirar o lanzar a aquellos que lo tocaran o incluso lo mirarán mal.

Malfoy solo le comentó al chico que tuviera más cuidado y siguió con su camino, la mirada de todos era de no creerse, pero sabían que las cosas talvez habían cambiado en el y esperaban que se mantuviera así.

—¿Puedo ir a tu dormitorio?— le preguntó Daphne— No quiero estar sola hoy.

—Claro, ¿Te unes Nott?— dijo el rubio a su amigo.

—No me queda de otra,— respondió— llevaré un poco de ron.

Al llegar a la sala común y ser los primeros, le dió oportunidad a Malfoy de observar a todos los slytherin que entraban por la puerta, había pasado una hora y no lograba ver a la joven rubia, creyó que había Sido una ilusión, pues jamás la había visto en el comedor, en clases ni siquiera la vio participando en la guerra; y si era nueva se saltaron la asignación de casa.