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iii.

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Lesath, la misteriosa Lesath, de ella no se podría hablar mucho ya que había  logrado pasar desapercibida de la vida de estudiantes hasta antes de la guerra.

Eso, hasta que el desagradable Malfoy puso los ojos en ella, no entendió el que había hecho para que él la mirara.

No dudaba de su atractivo, quizá era el color similar al cabello, su voz melodiosa, sus muslos gruesos, o las curvas que se formaban en su cuerpo que podría fácil enloquecer a cualquiera.

Se sentía halagada si fuera por ello, ya que él era de los más apuestos magos que había en el castillo; pero igual temía el que ella fuera parte de otra misión que tuviera que cumplir para saldar alguna cuenta.

Maldijo el momento en que ella pensó en él en un momento de soledad, ya que se adherio a su cabeza y no podía salir de ahí.

Lo odiaba, odiaba la forma en que le sonreía, la forma en que le hablaba, su estúpida voz grave, el mechón que caía sobre su rostro pálido, las venas marcadas en sus manos grandes y decoradas con anillos, y lo pulcro de su uniforme, en fin lo odiaba.

ೄྀ

—Las fiestas en la sala de slytherin son la excusa perfecta para beber licor sin que los demás juzguen y en exceso— les explicaba Daphne a sus dos amigos— así que como la responsable de las bebidas, porfavor eviten enloquecer y arrasar con todo.

—No prometo nada— dijo Nott— a demás dudo que sea algo tranquilo, si invitaron ya a medio castillo.

—¿Todos están invitados?— preguntaba Malfoy—¿Cualquiera de la casa puede ir o estará ahí?

—Si Malfoy ¿Por?— le respondió Daphne.

El no le diría, sabía que no era lo correcto, Daphne no aceptaría el que él pudiera interesarse en alguien más.

—Curiosidad.

Daphne estaba tan entrada en la lista de la fiesta que no vería a Draco seguir la caminata de Lesath por todo el pasillo de la sala de estar, era la primera vez que la veía ahí en plena luz del día.

Lucía la capa del uniforme con un pantalón que Draco no pudo distinguir bien, el necesitaba verla con algo que no fuera el tonto uniforme.

Sigilosamente caminó hacia ella, estando a la vista de todos ella no lo trataría mal, o bueno eso asumió el.

Cuando ella se quedó en el librero revisando los títulos, el se posó a su lado.

—Primera vez que te veo aquí— le dijo el.

—Por desgracia tuve que salir de mi habitación.

—Hiciste bien,¿Asistirán a la fiesta? — le preguntó, quizá ahí ellos podrían charlar en un momento de la noche.

—¿Estarás tú?— preguntó Lesath.

El sonriente, al ver que probablemente podría asistir por él.

—Claro— le sonrió.

—Entonces paso, Adiós — tomó el libro y se marchó.

Tercera vez, tercera vez que ella es cruel con el.

—Eso debió doler— exclamó Nott.