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iv.

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El día más esperado para algunos estudiantes de hogwarts había llegado.

Las audiciones para Quidditch estaban abiertas, la mayoría de los jugadores de los equipos pasados desertaron y algunos desafortunadamente fallecieron.

Así que habían lugares disponibles para las nuevos magos y brujas que quisieran formar parte del equipo de sus casas.

Los jugadores estrella tenían si lugar reservado, era el caso de Potter, Ginny Weasley, Cho Chang y Malfoy.

—Me alegro que decidas regresar a jugar—mencionaba Daphne sujetada se si brazo— así podré venir a las gradas a apoyarte.

—No es necesario,— contestó — pero igual siento bien en regresar.

Los dos iban llegando al campo de entrenamiento, Malfoy era el encargado de realizar las pruebas para los nuevos miembros y Daphne se había ofrecido en ser su asistente.

Cuando los chicos y chicas que estaban ahí lo vieron llegar, se acercaron para seguir indicaciones.

—Se que ya ha pasado tiempo desde la última vez que me vieron jugar un partido, pero les seguro que estoy en mejores condiciones que todos ustedes aquí presentes.

Dijo en tomo dictador.

—Quiero que den tres vueltas a todo el lugar sin hacer trampa ni magia.

Se fue hacia la banca con sombra que se encontraba en el medio del lugar.

—Eres cruel, no siquiera los dejaste presentarse.

—No lo necesito, tu tienes ya la lista, el que vaya desacelerando se irá borrando de ella.

Vió atentamente a todos correr, la mitad lo logró, la otra mitad resignados regresaron al castillo.

Al realizar las demás pruebas y después de mucho tiempo, logró formar un equipo lo que parecían ser los mejores.

Tras terminar la asignación, regresaron al castillo para dar a conocer el resultado.

En el camino y para maravilla de Malfoy, su ojos se conectaron con lo de Lesath que se encontraba limpiando la oficina de la instructora de Quidditch.

Ella al verlo en un conjunto de traje deportivo gris, dejó de limpiar para poder ver con detalle al mago.

—Buenos días— saludo — le traigo el nombre de los nuevos miembros del equipo de slytherin.

—Gracias joven Malfoy— respondió Madame Hooch— puede retirarse.

Justo cuando se dió la vuelta para abandonar el lugar, escuchó como la entrenadora le daba la indicación a Lesath de marcharse.

El empezó a caminar lento para poder encontrarsela, no le bastaba con verla en clases.

—Camina rápido, me desesperas— reclamaba Daphne.

—Adelantate, tengo cosas que hacer.

Ella se detuvo y lo miró, por un momento creyó que era para ver a la chica que se habían encontrado en la oficina, pero pensó que era imposible, Malfoy no pretendería nada con nadie mientras siguieran en el colegio.

—Bien, nos vemos en la comida— se despidió ella.

El se quedó tonteando en el pasillo, cuando escuchó pisadas y el olor a frutillas sacudió sus fosas nasales, supo que ella estaba cerca.

—Malfoy— le dijo ella— que sorpresa encontrarte aquí.

—Si, vaya coincidencia.

Ella río ante la ironía de el.