Madre - Izana Kurokawa y Lectora

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-"Que bueno que elegimos este día para quedarnos en casa Iza" dijiste suave acariciando su cabello "Mira como está nevando afuera"

Izana volteó a ver por la ventana viendo la nieve, no era la primera vez que veía nevar, pero no le traía muy buenos recuerdos.

Un día que estuvo en la calle, hubo una gran nevada, que hizo que casi se congele.

Sentiste como se apegó a ti, notando enseguida su malestar.

-"Que bueno que estamos aquí juntos y calentitos, no?" sonreiste abrazándolo

-"Mamá..." murmuró mirándote "No le quiero tener miedo a la nieve..."

Sonreiste con suavidad mientras lo mimabas.

-"Está bien mi cielo, quieres salir a jugar? Vamos juntos, te abrigaré bien para que no pases frío"

Él asintió y se levantó de su lugar.

Lo comenzaste a vestir con un par de capas de ropa, para que este bien abrigado, una camisa, un sweater, un abrigo de inverno con capucha, un pantalón térmico, unos calcetines y unas botas con felpudo dentro,una bufanda y unos guantes.

Izana se quedó viendo como también abrigaste a Kakucho, no pudo evitar reír porque parecía una bola de la cantidad de ropa y por lo pequeño que es él.

-"Ooh! Mamá se ve super bonita!" comentó cuando te vio con tus prendas de invierno

-"Gracias Izana! Tú también te ves muy lindo!" sonreiste cargando a Kakucho en un brazo y tomando la mano de Izana

Salieron con cuidado a tu patio, el cual se estaba llenando poco a poco de nieve, habia ya una gran capa de esta en el suelo, de al menos unos 15 cm de espesor.

Últimamente estaba nevando bastante en aquella zona.

Kakucho se veía entusiasmado, él adora la nieve, es adorable verlo intentar atrapar los copos de nieve y luego querer comerselos.

Tomaste asiento en una pequeña banca que hay en tu patio y tomaste algo de nieve que habia en ella, haciendo una bola de nieve.

-"Izana" lo llamaste para que te mire "Puf!" dijiste lanzandola suavemente, está cayendo a sus pies "Podemos jugar a la guerra de bolas de nieve, podemos hacer un muñeco de nieve, o una pequeña fortaleza, te gustaría algo de eso?" sugeriste, queriendo introducirlo al lado bueno de la nieve

-"Una fortaleza!" dijo de golpe ahora con entusiasmo

-"Genial! Empecemos!"

Te acercaste a Izana para ayudarle a construir su fortaleza, fue algo difícil ya que tenías que mantener un ojo en Kakucho, de lo contrario empezaba a comerse la nieve a montones o lloraba porque comió nieve y estaba demasiado fría, dañando sus encías.

Pero al final de un rato, pudieron hacer unas paredes de nieve que parecían de castillo.

Izana entró por el hueco de entrada que habían dejado y se puso de pie dentro de ese lugar.

-"Soy el rey!" dijo de golpe alzando sus manos "Mamá! Tu eres la Reina mamá! Y Kaku es el principe!"

-"Me encanta esa idea" sonreiste

Apegaste a Kakucho a ti cuando una gran ventisca comenzó.

-"Creo que debemos volver dentro amor, no quiero que te resfries" dijiste suave "Mira tu naricita, está toda roja ya"

-"Y qué va a pasar con mi castillo?" preguntó algo triste

-"Va a quedarse aquí, tranquilo, mañana luego de clases vamos a seguir jugando, si?"

Asintió y fue contigo para regresar dentro.

Al día siguiente casi rompe en llanto al ver que su fortaleza se había ido.

Pero lo habías anticipado.

-"Mira Izana! Tu fortaleza ahora está dentro de la casa!" dijiste mostrandole una caja la cuál esta hecha igual que el pequeño castillo que hicieron ayer

A Izana le fascinó esto, y cuando descubrió que la podía cambiar de lugar, casi se la lleva a la escuela.