"05"

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Eran pasada ya las dos de la tarde; estaba revisando algunos Documentos que fueron puestos en su oficina hace unas horas.

Cuatro horas, para ser precisos.

Y él sabia de ante mano el porque duro esa cantidad de horas para revisar un solo informe de su sucursal en Alemania. Habia una razon, un porqué, y esa "razón" y "porque" tenian nombre y apellido: Jeon Naheun.

Su madre

Su insistencia en los ultimos dias lo ponian de los pelos de punta. Su cuerpo se tensaba con solo la mencion de su nombre. Estaba crispado de solo pensar que tenia que reunirse con ella.

Su madre habia llamado hace horas, preguntando el porqué de su retraso en el restaurante, y respirando irritado le contestó que no iria, y la mando a la mierda por su actitud tan infantil.

Estaba harto de que le insistiera en tener una omega e hijos. Todas las veces que se vieron solo era para hablar -discutir- sobre eso. Él no queria tener hijos, no queria enlazararse con nadie, pero su madre era tan cabeza dura que no le importaba su respuesta, y seguia insistiendo en todo el tema.

En esas cuatro horas habia leído el informe como veintidós veces, intentando -de manera fallida- ignorar el irritante sonido de su celular vibrando, mostrándose en la pantalla el nombre de su madre y varias llamadas perdidas de esta.

Dejo el documento a un lado, para quitarse los lentes y presionar el puente de la nariz, estresado con todo el acoso toxico de su madre.

Otra vez el celular volvio a vibrar, haciendo anuncio de una nueva llamada entrante, rodando con enojo los ojos al ver el nombre en la pantalla.

Tenso la mandibula, apretandola tanto que pensó que se le rompería, la impotencia crecíendo en su interior, dando paso a la cólera venenosa de su maldita mala actitud.

¿Es que acaso no pararía?

Tomo el telefono con fuerza, deslizando el ícono verde hacia arriba y contestando la llamada.

—¡Jungk-.

—Maldita sea Naheun, deja de joder mi puta existencia—Bramó con fuerza, apretando sus manos en un puño, sus nudillos haciéndose más blancos por la fuerza ejercida.

Se levantó de su asiento, caminando de izquierda a derecha cuando sintió algo removerse, intentando calmarse a él y a su acompañante.

Su acompañante.

Dormido era un maldito problema, despierto...

Una maldita fiera huraña y arisca.

—¿Cómo te atreves a llamar a tu madre así, Jungkook?—La voz irritada de su madre inundó su oído derecho, y tuvo que buscar y agarrar todo su maldito autocontrol para -otra vez- No mandarla a la mierda— ¿Esa es la educación que yo te eh pagado?.

Inhaló y exhaló exasperado, volviendo a su asiento.

—¿Porque rechazaste mi invitación? ¿Sabes la vergüenza que tuve que pasar con los Lee? —La furiosa voz de su progenitora resonó a través del teléfono.

—No, no lo sé porque no estuve ahí, madre.—Estaba usando todas sus fuerza para no decirle que en realidad no le importa.

—¡Y justo eso te reclamo Jeon Jungkook! ¿Es que acaso te has vuelto irracional? ¡Estás a dos años de cumplir los cuarenta!

Y otra vez con su edad.

—Si vas a insistir con el maldito tema otra vez, es mejor terminar esta conversación.—Bramó con autoridad. Estaba irritado y estresado.

Jeon Dynasty  [ Kooktae ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora