Capítulo 46: Ya no quiero más multiverso

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Esa noche, Juls y Strange durmieron en el santuario. O más bien, Juls durmió, porque el hechicero supremo, se la pasó en vela toda la noche por 3 motivos. Uno, porque no quería que América se descontrolara y creara un portal que los mandara a otro universo, así que básicamente estaba agudizando el oído para escuchar la respiración de la niña, que estaba en la habitación de al lado. Dos, porque no se sacaba de la cabeza el hecho de que habían infringido con una ley natural, habían alterado la línea original de tiempo, abrieron el multiverso, y eso iba a traer consigo una guerra multiversal que de seguro no iban a ganar. Y tres, porque Juliette se despertaba cada 5 minutos gritando por una pesadilla, al punto en que tuvo que inducirla a un sueño profundo para que al menos pudiera dormir algo.

Ahora estaba sentado en el borde de la cama, con los codos apoyados en las rodillas, y con la cabeza girada hacia la derecha, mirando fijamente a la pequeña pelinegra que dormía plácidamente en esa grande cama, envuelta entre sábanas oscuras y soñando con lo que estaba haciendo su alter ego de otro universo.

Strange se quedó observándola por bastante rato, sin poder creer que ella no le hubiera contado de sus pesadillas, y tampoco podía creer que él no se hubiera dado cuenta que ella la estaba pasando tan mal. Quería guardarla en una cajita de cristal y llevársela a casa, quería olvidar todo ese tema, y quería quitarle las pesadillas, pero estaba seguro que ella no lo permitiría, porque eso involucraría borrar su memoria de haber viajado al pasado.

Estiró la mano y acaricio el cabello negro corto de su chica, observando su rostro, observando lo tranquila que se veía durmiendo. Se inclinó y dejó un beso en su frente, haciendo que ella se removiera incómoda, pero, de todas formas, no abrió los ojos, siguió durmiendo con la paz de un cachorrito recién nacido.

Se irguió de nuevo, y sin siquiera voltearse, sintió una presencia detrás de él.

— ¿Algún día dejarás de vigilarme? —preguntó en voz baja, todavía mirando a Juls.

— Si dejo de vigilarte un segundo, desatas el multiverso, Stephen.

Volteó, y vio a Ancestral de pie en medio de la habitación. Estaba usando un traje amarillo, y lo miraba con la misma expresión de siempre, sin ninguna emoción. El hechicero se quedó en silencio, solo pensando en el gran regaño que Ancestral le iba a dar.

La hechicera, hizo un gesto con la cabeza, indicando que la siguiera, así que él lo hizo.

Salieron de la habitación, y entraron a una pequeña sala. Ambos se sentaron en sillones diferentes. Eran casi las 4 de la mañana, y Stephen tenía tanto sueño, que, si parpadeaba, se quedaría dormido en ese mismo instante, pero para su suerte, sea buena o mala, Ancestral habló de nuevo.

— Supongo ya sabes porque estoy aquí.

— Para regañarme—la miró—¿Adiviné?

— No soy quién para regañar al hechicero supremo—dijo—Vengo a preguntarte si viajar en el tiempo valió la pena, como para compensar que las redes multiversales se estén quebrajando.

— Si no emprendíamos ese viaje, la raza mutante se habría extinguido.

— Ese no es nuestro problema, Strange—alzó la voz, hablando firme—No podemos interferir en cada cosa que pase, terminaríamos con todos los universos.

— ¡Sí es nuestro problema! —alzó la voz de igual manera—Juliette...

— Estás perdido por una mujer, Stephen, eso está cegando tu juicio—lo interrumpió de forma abrupta—¿Y si a ella le pasa algo? ¿Qué harás? ¿Matarnos a todos?

Multiverse Of Darkness | Doctor Strange Where stories live. Discover now