Así soy

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Ya es mi segundo día y mientras estoy en el bus voy pensando en las cosas que debo tener en cuenta. No he escrito hace un tiempo, mi musa ha de estar de vacaciones porque por mas que lo he intentado, me salen puras ideas vagas.

Espero pronto despierte porque pretendo vivir de eso, además de poder costear mis estudios.

En medio de mis vagos pensamientos recuerdo al de ventas. "¡Qué frase tan interesante!". ¿Se estaría burlando?.

Sobreviví a mi primer día así que ya me siento un poco más confiada. Ya algunos me saludan por mi nombre, es reconfortante.

—Buenos días Ellis— me dice una señora con un cepillo. —Soy Clara, la señora de limpieza. Ayer te ví pero estuve muy ocupada en otras oficinas y no me pude acercar a saludarte.

—¡Oh! muchísimo gusto señora Clara. No se preocupe por eso.

—Limpiaré la oficina un poco porque el Sr. Sifontes viene hoy a coordinar algunas cosas.

Recuerdo que en la entrevista me hablaron de él pues es uno de los dueños. Me dijeron que es muy agradable, no era de esos señores adinerados con aires de grandeza. Al contrario, casi ni se nota.

—¡Genial! me voy a sentar de una vez para no incomodarte— le respondo mientras me instalo en mi escritorio. Lo primero es conectarme al Skype por cualquier novedad.

Me shockeo toda cuando veo un mensaje tempranero de Santiago. —¡Muy buen día Ellis! es un gran dia para seguir aprendiendo, por lo cual tomaré mi tiempo de almuerzo para quedarme y explicarte algunas cosas, si estás en disposición.

¿Qué está haciendo este sujeto? No tardo en responder. — ¡Hola! muy buen día, siempre es un buen dia para aprender algo nuevo. No creo que sea necesario que se moleste, pero muchas gracias—. Seca y cortante.

Él lee y no responde más.

La señora Clara que es un poco curiosa al parecer, con los ojos metidos en la pantalla me empieza a hablar de lo que no le he preguntado. —Santiago tan amable como siempre. Él te puede ayudar en algunas cosas porque sabe como se hacen y además sabe un poco de todo aquí y de allá... es un buen muchacho.

Le agradezco la orientación intentando sonreír amablemente y escribo a Luz de una vez para reportarme.

Chica ya te iba a llamar, esta semana es de locos y no podré mostrarte todos los procesos. Pensé en pedirle apoyo a la gente de la Zona Central pero están en cursos así que ayer al finalizar la tarde coordiné con Santiago, el muchacho de ventas de Los Llanos para que te ayude un poco de forma remota. Igual cualquier duda que él no te aclare, me avisas.

Ok Luz, le escribiré y le diré que es de tu parte— y mi cara de poema se dibuja solita.

¡Rayos! Luego de salir con mis necedades, me toca escribir y pedir disculpas. ¡Qué engreída!, pensando que quiere molestar y es que lo mandaron. Ahora seguro se pondrá modo impertinente. Como para hacerle honor a su cargo. Parece un requisito adicional para ser vendedor.

Imagino el perfil, "Se solicita profesional del Área de Ventas que cuente con los siguientes requisitos: Manejo de atención al cliente, técnicas persuasivas de ventas, 3 años mínimos de experiencia, ser odioso, presumido, engreído, repelente (limitativo)".

Aún no responde el último mensaje, no aparece conectado, ¿espero? ¿escribo? ¡ay no! escribo y listo.

Hola nuevamente. Estuve conversando con Luz...— Dejaré el mensaje hasta ahí a ver con qué me sale.

Un minuto, dos minutos, tres minutos, 5 minutos. Creo que no me ayudará. ¡Fuck!. Espero no meter la pata durante el día.

Igual debo ir al taller a actualizar el status de unas unidades. Pero hoy sí me traje mis lentes de sol porque ayer quedé ciega. Ya Gabriel me explicó y creo que puedo hacerlo sola hoy. Desde el fondo del patio y me regreso, en ese orden.

Tú, yo y nadie másWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu