¡Almorcemos!

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Ya cumplí un mes aquí y las cosas han marchado bien, a excepción de aquel desagradable momento. Ya estoy más desenvuelta. He tenido buena comunicación con Luz quien amablemente me ha invitado a almorzar algunos días a su casa porque vive cerca.

Es una chica super agradable. Me ha contado algunas cosas personales y de la dinámica de la empresa. Su familia me trata como si me conocieran desde hace tiempo. Luz es de esas chicas que no son de dar abrazos, dice que le dan alergia ¡Ja ja ja! pero me cae muy bien.

Le he podido contar un poco acerca de mi vida, de mi drama- novela con Germán. Ya le tiene rabia sin conocerlo ¡jajaja!

Desde hace un mes, no he tenido mucha comunicación con él, cada uno anda en su mundo. Nada más allá de algún mensaje de buenas noches o algo así. Que me extraña escribe a veces, pero siempre evado ese mensaje. Si después de 5 años me va a salir con eso,y además no tiene la gentileza de llegar a mi casa o a mi lugar de trabajo, entonces no me debe extrañar mucho. Lo que está a la vista no necesita anteojos, aunque yo siempre veo borroso.

Al contrario de él, he mantenido el contacto con Santiago por cosas de trabajo y amenidades para pasar el rato, al parecer no tiene mucho qué hacer en el horario de almuerzo pues siempre estamos conectados en ese momento. Hasta se me ha quitado un poco la idea de que es como todos los vendedores pero aun no estoy segura.

Ha estado pendiente de mi desempeño, soy la supervisora pero él me supervisa a mi ¡Jajaja!. Me ha hecho reír bastante.

Parece ser respetuoso, no anda con esas cosas que usualmente andan los hombres de que una mujer conversa con ellos y ya piensan que es para sexo. Y no es que me moleste porque a pesar de mis inseguridades siempre he sido muy sexual, me gusta abordar a quien me atrae, pero nuestras conversaciones jamás han ido en ese sentido.

Lo curioso es que aún no sé cómo es físicamente pero me siento en confianza y no lo negaré, me genera mucha curiosidad.

Al teléfono.

—Siempre es un gusto hablar con usted Sr. William, procederemos entonces a reparar la unidad pero necesito me envie una autorización sencilla por correo, le estaré contactando al final de la tarde.

Ha habido patio lleno, como dice Gabriel, pero me ha ayudado bastante con el manejo del volumen de trabajo. Ya no lo molesto mucho porque de verdad que tiene mucha presión por sacar las unidades en el menor tiempo y sin riesgos de fallar que puedan generar un retorno o re-trabajo como le dicen aquí.

¡Buen día muchacha!— El mensaje que me hace sonreír todas las mañanas.

¡Buen día extraño! ¡Hoy es el día!.

¿Qué día?.

El día en que veré una foto que no sea de Omega— así se llama su perro.

¿Ah sí? ¿por qué?.

¿Por qué no?— le insisto. De verdad que tengo curiosidad.

¿Será que no es muy bien parecido? ¿qué será que tiene este tipo vale? Ya voy a hacerme una novela.

¡Bueno me cuesta decirte que no! pero con una condición.

A ver...— le envío con una sonrisa triunfadora.

Que te quedes a almorzar conmigo.

—¡Jajaja! ¿Y cómo es eso? ¿Vienes para acá?—. Mi corazón se desordena, me da calor, me rio nerviosamente, parezco loca la verdad.

¿Sí o no?.

Ok ok. Pero pasame la foto primero a ver si vale la pena— le digo bromeando.

¡Bien! igual yo haré que valga la pena.

Tú, yo y nadie másUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum