EL SISTEMA DEL ORGULLOSO DEMONIO INMORTAL

FIN DEL CAPÍTULO XIX

Luo Binghe se despertó sobresaltado. Todo su cuerpo le dolía terriblemente pero ahora que su sello se había roto podía hacer uso de la rápida sanación demoníaca que su sangre le otorgaba, por muy lenta que esta fuera en esos momentos.

Pronto un olor asquerosamente dulce inundó sus fosas nasales y gruñó al darse cuenta que estaba vivo.

Porque –obviamente– había tenido que sobrevivir a semejante caída.

– Oh, bien. Ya despertaste.

Dijo una voz melodiosa justo a un lado de él por lo que se obligó a mantener los ojos abiertos y buscar el origen la voz.

Una demonesa a la que reconoció de inmediato se encontraba levitando sobre él y –a pesar del hecho que ella en su vida pasada había sido una de sus muchas esposas– su apariencia física era lo suficientemente única –inclusive aún para los estándares demoníacos– como para permitirle recordar su nombre.

Ai Zhihua era una súcubo que tenía su nombre bien merecido. La demonesa había peleado a su lado durante su primera vida y lo había ayudado a conquistar territorios.

Además era similar a Xin Mo ya que también se alimentaba de su energía demoníaca y –en las muchas veces en las que había estado teniendo sexo con más de una de sus esposas a la vez– él siempre se aseguraría de mantenerla entretenida y llena de energía.

Ai Zhihua tenía una figura curvilínea que hacía sentir celosas a muchas de sus conquistas. Sus pechos eran enormes y redondos y también poseía una cintura pequeña que resaltaban aún más sus grandes nalgas –las cuales apenas y estaban cubiertas por su ajustado vestido color piel hecho de la dermis del Bisonte Asechador Nocturno con Dientes de Navaja–.

Su piel era impecable y de color oscuro. También tenía ojos de un seductor color rosa y un abundante y hermoso cabello tan azul como un cielo despejado.

Tenía un aspecto único, indudablemente.

—No tengo idea de cómo lo logró, pero usted se encontraba inconsciente y casi con todos sus huesos rotos, mi Señor. Si no le importa que le pregunte ¿Cómo es que un demonio celestial como usted terminó en semejante estado dentro del Abismo Infinito?

Ella lo miró parpadeando con sus abundantes pestañas negras al mismo tiempo que se sentaba en el borde de la cama improvisada en la cuál el adolescente se encontraba, exponiendo desde ese ángulo sus caderas y su muslo desnudo mientras sus brazos casualmente empujaban sus enormes pechos hacia arriba, haciéndolos lucir aún más llamativos.

Existió un tiempo en el que semejante provocación habría causado que ambos tuvieran sexo sobre cualquier superficie horizontal que encontraran.

Pero verla ahora no le producía ningún tipo de excitación en absoluto.

Luo Binghe alzó una de sus manos a la altura de su cara dándose cuenta que las heridas que el filo de Xiu Ya le habían provocado aún no estaban sanadas.