Cote: Infierno Incoloro.

Capitulo 4

Nota del autor: Me tarde en redactar este capítulo, muchas veces se me hizo forzado y borre el escrito que ya tenía una y otra ves. Al final, quede satisfecho con el resultado supongo. De todas formas, me gustaría iniciar su lectura con una frase de mi pensador favorito; Nicolás maquiavélo dijo alguna vez:

Cualquier hombre que intente ser bueno todo el tiempo terminará yendo a la ruina entre la gran cantidad de hombres que no lo son. Por lo tanto, un príncipe que quiera conservar su autoridad deberá aprender a no ser bueno y usar ese conocimiento, o prescindir de su uso, según las necesidades que se presenten.

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Me encontraba en mi dormitorio, descansando plácidamente mientras esperaba el día de mañana en el que se revelaría todo. Antes de eso, cité a cierta persona en mi habitación. Quiero arreglar esto lo antes posible, para así enfocarme de lleno en la competencia entre clases.

Si está persona se mantendrá a mi lado durante el resto del curso escolar, entonces tiene que ser de mi total y absoluta confianza. No digo que me vaya a traicionar de alguna forma, pero es mejor ser precavidos.

— Falta poco...

Observé las manecillas del reloj y espere pacientemente, pocos minutos después, la persona llegó tocando suavemente la puerta. Me levanté de la cama y caminé hasta allí, mire por la mirilla comprobando brevemente.

Si, es ella.

Nanase era la persona que estaba esperando, tengo que hablar con ella seriamente. Estoy preparado para cometer un crimen aquí y ahora sí es necesario, espero no llegar a tales circunstancias. Basta con saber el secreto que guarda esta chica; después de todo...

Quién controla el miedo de las personas, se convierte en el dueño de sus almas.

— Nanase, es bueno que hayas sido puntual. Por favor, toma asiento.

Di pasó a la chica recibiéndola cortésmente.

— Permiso...

Entró tímidamente al cuarto y se quitó los zapatos, ella se veía muy hermosa, más que de costumbre tengo que decir. Tal vez no estoy acostumbrado a verla sin el uniforme escolar...

— No tengo muchos muebles, así que puedes sentarte en la cama. Espera un poco, te traeré algo de chocolate caliente.

— No creí que fueras un minimalista senpai, si quieres puedo ayudarte a decorar un poco tu habitación.

— En ese caso, te lo agradecería profundamente. También pienso que está un poco vacío por aquí, pero no tengo ni idea de que comprar.

Le seguí la conversación mientras servía el chocolate en una taza, estaba tibio ya que lo había preparado hace un rato. Es preferible que este en un punto así, ya que ella podría quemarse la lengua si se lo doy demasiado caliente.

— Aquí tienes.

— Gracias.— Recibió la taza con una sonrisa, bebió algo de ella y evaluó el sabor; parece que le agrado ya que instantáneamente tomó otro sorbo.

— Nanase, quiero preguntarte algo que ha estado molestandome últimamente. Espero que puedas responder con honestidad.

— Si, definitivamente senpai no me hubiera invitado a su habitación si no fuera por algo importante...— Pude escuchar un rastro de melancolía en su voz, pero decidí ignorarlo. No es hora de flaquear, puedo ganarme su corazón a base de farsas para hacerla hablar o simplemente puedo optar por ser más contundente.

¿Cuál es la mejor opción?

Sería ilógico intentar obtener por la fuerza algo que puede ser ganado por una mentira. Es divertido jugar y experimentar con la mente humana de vez en cuando, intentémoslo.