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Recuerden que la historia es versátil.

Creo que ha captado mi mensaje al menos, de que no pienso seguir con este juego mental suyo, donde me ilusiona y luego no me hace lo que promete.

Pero no, eso nunca. Jennie nunca deja de sorprenderme.

La parte externa de mis muslos están siendo tocadas por sus dedos. Está haciendo un camino, y ahora como tengo las piernas tan juntas le es más fácil recorrerlo. Camina con sus dedos a lo largo de mi muslo, sube, hasta donde empieza mis caderas. De mano completa baja, arrastrándola hasta donde inició, y cuando pienso que va a cumplir un nuevo patrón metiéndose debajo de mis shorts lleva la mano completa hacia mi glúteo y clava sus cortas uñas.

Jadeo bajo, sé que ella lo escucha. Sin embargo me mantengo reacia. Ella solo quiere ganar.

Deja su mano encima de mí nalga, la masajea. Paso mi lengua por mis labios. Su respirar caliente invade mi espacio de nuevo, la siento cerca, como si me olfateara, en el cuello, la barbilla, la boca. Sopla aire que ha entrado justo por mis labios entreabiertos y tiemblo, no lo puedo evitar. Luego va, con su nariz curiosa, rozando mi mejilla, en picada hacia mis cuello y susurra.

-Yo sé que tú quieres mi cuerpo.

Se me eriza toda la piel. El calor sube más en mi, y lo que también sube son sus labios a repartir besos sobre mi oreja. Jadeo. Me agarra con fuerza en el trasero y abro las piernas a la vez que las estiro, su rodilla vuelve a entrar en mi centro y mi agarre a las sábanas se hace inevitable.

La siento en todas partes, es una invasión divina y sofocante, tengo la necesidad de darle la vuelta al asunto y arrancarnos la ropa y a la vez me encuentro en la hipnosis de sus dientes mordiendo el lóbulo de mi oreja y la punta de su lengua paseándose a lo largo de mi cuello. Y sus manos. Me tiene cautiva con sus manos, con la que se apoya parece que quiere cuidarme porque me acaricia el cabello y con la que tiene libre hace la maldad de pellizcarme a la altura de mi zona erógena del abdomen e ir subiendo hasta la altura de mis senos sin tocarlos.

-¿Quieres esto?- vuelve a susurrarme al oído, ¿No me ve como estoy? Obvio que quiero esto- Necesito que lo digas, no quiero abusar más de lo que lo hago ahora- en su voz hay preocupación real en busca de mi consentimiento.

-Ahora ¿quién es un amor?- me las arreglo para responder y reír- Si, puedes continuar con lo que estabas haciendo.

-También te puedes unir y para hacemos cosas la una a la otra- vuelve su tono bajo y seductor.

Ella quería que también la tocara, eso era más que obvio, sin embargo como no salía de mi asombro me encontraba solo disfrutando pero ahora estoy segura de que:

1- esto no es un sueño
2- ella no está jugando conmigo ésta vez y
3- si es un sueño ambas estamos de acuerdo a pasar a un nivel más allá del amistoso.

Trato ya de no hacerme mucho lío y suelto las sábanas para ocupar las manos en otro lugar, específicamente detrás de su cuello para empujarla hacia mi y finalmente probar esos labios con todas las letras incluidas.

Pero eso no sucede.

-Sin besos en la boca- dice.

Me deja desconcertada por unos segundos ¿Por qué no querrá que la bese en los labios? Nos hemos dado varios picos y ella ha parecido contenta con eso. Justo cuando voy a tratar de resolver mi duda ella mete su mano hasta mi seno y me pellizca un pezón.

-Ah...- de lo inesperado y delicioso que se sintió no pude contener un gemido.

Lo que pasa a continuación es que ella se vuelve un poco salvaje, justo como esperaba que fuera, y eso hace que toda duda que tenga en la mente pase a un segundo plano. Se sienta encima de mí de golpe y se saca su camisa, dejándome deslumbrada con la vista de su torso desnudo y cómo se ve malditamente atractiva desde abajo y con ese cabello alborotado y suelto; quisiera que hubiera más luz para poder fijarme en más detalles de su piel; mis manos se van a su abdomen y empiezo a tantear alrededor de su ombligo, su piel es suave, cremosa, nunca había tocado nada igual y me encuentro fascinada con su mirada de gata que me incita a seguir explorando. Me incorporo con ella sentada encima de mí, sus manos van directo al final de mi camisa y esta sale de sopetón de mi cuerpo, me llega el frío del ambiente y el calor de su cuerpo a la vez.

Master Game | ChaennieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora