23.

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FELIX

Un nuevo año había comenzado, tanto había cambiado en tan poco tiempo que podía llegar a ser abrumador.

Estaba cumpliendo no solo uno, sino dos de mis grandes sueños; me había convertido en un modelo con todo el peso de la palabra y, por tan loco que parezca, estaba saliendo con mi diseñador favorito.

Aunque no todo era miel sobre hojuelas.

Nuestra vida amorosa era una constante y enorme pila de mentiras que parece crecer cada que respirábamos cerca del otro pues desde que revelaron la relación de un actor con uno de los amigos de Hyunjin, los reporteros no han dejado en paz a su grupo de amigos. Y solamente habían pasado dos días desde nuestro regreso a Corea.

─ ¿Felix?

La voz femenina me sacó de mis pensamientos, distrayéndome de los miles de escenarios que ya estaba creando mi imaginación.

Sacudí levemente la cabeza para deshacerme de cualquier pensamiento que me distrajera de lo tenía frente a mí.

Wang Yiren me miraba esperando una respuesta de mi parte a una posible pregunta realizada durante mi trance.

─ Disculpa, no te escuché ─me incorporé en el pequeño sillón de la oficina de nuestro jefe para volver mi total atención hacia ella.

─ Te decía que si estabas de acuerdo con que ese evento fuera mi debut como modelo ─jugueteaba con sus manos demostrando su nerviosismo, yo también lo estuve cuando Chan llegó tan de repente a la panadería ese día para invitarme a modelar de urgencia.

─ No te preocupes, sé que lo harás genial. Aprendes rápido.

La chica se levantó de otro de los sillones donde esperábamos a que los dos hombres de impecables trajes volvieran de discutir los términos del contrato que estaban por ofrecernos, aunque confiaba lo suficiente en Chan que podría firmarlo ciegamente.

Mi dedo índice empezaba a marcar un ansioso ritmo sobre la mezclilla de mi pierna al notar la enorme cantidad de tiempo que les estaba tomando corregir el documento. Era un evento bastante importante y, probablemente de gran impacto al presentar tan de repente a otra modelo de la misma agencia.

Apenas y el chirrido de la puerta llegó a nuestros oídos, la chica frente a mí se levantó para recibir a los empresarios. Copié sus acciones y juntos volvimos a saludar.

Chan se sentó a mi lado dejando sobre la mesita de cristal un par de contratos para que los pudiéramos leer. No tenía mucha experiencia con los contratos, pero mi padre me había contado lo suficiente como para no vender mi alma sin querer.

Todo iba bien... Horarios, pagos, derechos de imagen, entre otras cosas que ya había visto antes. No fue hasta que llegamos a la tercera página que Yiren y yo nos miramos, uno tan sorprendido como el otro.

Fruncí tanto el ceño que sentía que mis cejas estaban por juntarse, simplemente era algo de no creer.

─ ¿Qué es esto? ─pregunté ofreciéndole a mi amigo el pedazo de papel que tenía en mis manos.

─ Es solo por si las dudas ─respondió con la mirada clavada en la tinta negra que formaban letras.

─ Además, no tienen a nadie que se vea afectado por ese pequeño e insignificante comunicado ¿o sí? ─esta vez fue Dong Wook quien paseó la mirada entre mi amiga y yo al mismo tiempo que levantaba sus cejas causando arrugas en su frente.

─ No ─respondimos al unísono. Yiren decía la verdad, pero yo estaba mintiendo descaradamente.

Nos turnamos para firmar, yo me tomé mi tiempo mientras mi mente trabajaba en una forma de decirle a Hyunjin lo que la agencia y Chan tenían como plan de contingencia.

─ Perfecto, nos vemos en febrero, señor Bang ─ambos jefes se dieron un apretón de manos mientras Dong Wook le mostraba la salida a mi amigo.

Yiren se quedó dentro de la oficina con la mirada perdida después de dar el pedazo de papel donde ambos, a sabiendas, habíamos entregado una parte de nuestra alma.

Dong Wook acompañó a Chan hasta el ascensor hasta que este llegó, pero yo me adentré en el pequeño transporte con él, esperando el momento incómodo para mencionar aquella clausula tan cuestionable.

─ Lamento lo del contrato, Dong Wook dijo que accedería a todos mis términos con la condición de que se agregara ese pedazo de porquería.

─ Entiendo... Solo tengo que buscar la manera de contárselo a Hyunjin.

─ No habrá necesidad, porque no llegaremos a esa cláusula.

─ Eso espero.

El ascensor se detuvo en varios pisos donde la gente subía y bajaba, no fue hasta que llegamos a la planta baja que Chan volvió a hablar.

─ Por cierto, traje a Tzuyu conmigo ─dijo una vez que estuvimos a unos pasos de salir del edificio.

Me detuve en seco cuando esas palabras salieron de su boca. Al darse cuenta de que no lo estaba siguiendo él también se detuvo. Dio media vuelta y se acercó a mí para susurrarme la mejor noticia que recibiría en todo el día.

─ Dijo que sí.

─ ¡¿Qué?! ─agradecía que el lobby estuviera casi vacío para que nadie escuchara la emoción de mi grito.

─ Anunciaremos el compromiso con una fiesta este fin de semana, mi secretario enviará las invitaciones mañana.

─ Wow, Chan, estoy tan feliz por ti ─me acerqué para darle un fuerte y amistoso abrazo, pues esa siempre era mi forma de demostrar apoyo.

No podía creer que el niño con el que solía hacer carreras de triciclos en las calles de nuestro vecindario en Sídney, ya estaba comprometido.

Habían logrado enfrentar sus obstáculos, a pesar de tener que ocultarse por bastante tiempo lo pudieron lograr y alcanzar su felicidad.

─ ¿Qué dijo tu abuelo al respecto? ─pregunté al romper el abrazo.

─ Al diablo mi abuelo, si no acepta a Tzuyu tendrá que conseguirse otro nieto dispuesto para dirigir su empresa ─dijo en tono burlesco.

Dejé salir una risilla.

Si tan solo Hyunjin y yo tuviéramos el valor de encarar así nuestros obstáculos.

Hilos & Agujas [HR #1] | HYUNLIXWhere stories live. Discover now