CAPÍTULO 25

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Una semana después del incidente de las llaves con Peter, la vida estaba siendo más tranquila de lo que recordaba

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Una semana después del incidente de las llaves con Peter, la vida estaba siendo más tranquila de lo que recordaba. El fin de semana anterior había sido una montaña rusa de emociones y los siguientes días había conseguido relajarme y conseguir avanzar en calma.

En clase había recuperado mi ritmo normal. Pasé algunas tardes esforzándome en algunas asignaturas que tenía un poco olvidadas y me di cuenta de que, a pesar de todo, no tenía muchas cosas atrasadas y mis apuntes para los exámenes finales estuvieron a punto en un par de días. Eso me hizo sentirme aliviada y notar que había al fin un aspecto de mi vida del que tenía el control.

Con Stu todo seguía genial. No nos habíamos visto mucho esos días, pero por las noches dábamos un paseo y charlábamos. Los besos y las caricias iban subiendo de intensidad, aunque había algo que me hacía echarme para atrás cuando se presentaba la oportunidad de llegar a algo más íntimo. Él lo respetaba, pero me preocupaba porque estaba retrasando ese momento y no entendía que me pasaba. 

Me gustaba mucho Stu, pero sentía que había algo en mi cabeza que me impedía llegar más lejos en nuestra relación. Y, aunque me lo negase a mí misma, sabía que cierto hechicero tenía bastante que ver en todo esto. Había ido a algunos entrenamientos, pero evité hablar con él, me pasaba el rato hablando con Lily y Kevin. Estaba un poco avergonzada de como acabó la última conversación que tuvimos y él parecía querer mantener las distancias. No lo culpé y en el fondo lo agradecí.

Lily me comentó que su padre habló con Carol, intentando sacarle algo de lo que había escuchado en la fiesta, evitando que sospechase de mí. Pero la chica era bastante hermética y no había conseguido saber nada. Le pidió a su hija que la vigilase por si hacía algo sospechoso y a mí que evitase a Paula esa semana, lo que no fue difícil porque se había ido a pasar unos días con su familia, pues no tenía clase. 

Llegaba esa misma tarde, motivo por el cual me estaba dado prisa para ducharme y vestirme mientras Lucille me esperaba en la sala. Íbamos a ver el último partido de la temporada para animar a Stu y mi hermano. Se jugaban el pase a las finales estatales y era muy importante para ellos. Me puse unos vaqueros altos y ajustados que acompañados de mis maravillosas bragas hacían que se me estilizase la figura. Una camiseta amarilla y una chaqueta vaquera del mismo color que los pantalones completaban el conjunto.

—Vamos, Anna. Llegaremos tarde —gruñó Luci mirando su reloj mientras me entretenía en colocar mi pelo para que no pareciese una leona.

Mi amiga llevaba unos pantalones de cintura baja con campana y muchos colores. Un top con el mismo estampado dejaba a la vista su vientre trabajado por tantos días de entrenamientos y llevaba una coleta que estilizaba su rostro. Cogió su abrigo mientras me tomaba del brazo y tiraba de mí hasta la puerta. 

Cuando nos dirigíamos andando al estadio, vimos a Sonia con su nueva amiga. Habíamos coincidido poco esa semana y, la verdad, estaba agradecida de ello. Tenía bastante claro que iba a cortar mi relación con ella y puede que fuese cobarde, pero cuanto menos tratásemos menos probabilidades habría de que acabásemos llegando a las manos.

Etéreo [Saga Luces de colores 1]Where stories live. Discover now