Capitulo 14

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- Había pocos niños en el pueblo, unos cinco si mal no recuerdo. Entre ellos, yo era una de las más pequeñas con tan sólo 7 años. El pueblo no era nada famoso y sobrevivíamos de lo que cultivábamos y podíamos comercial con algún mercader ambulante. Creo recordar que cuando todo ocurrió fue el invierno más frío recordado en todo el pueblo desde hacía años. La anciana nos aconsejó no salir de nuestras casas por un tiempo por temor a que alguien se desviase del camino debido a la falta de visión producida por la ventisca y la nieve y llegase al bosque pero yo, como era una niña pequeña, no le hice caso. - Samantha sonrió - Esa noche había una ventisca terrible y yo estaba en el salón de la casa jugando con mi osito de peluche, junto a la chimenea. Mis padres estaban en la mesa del comedor hablando muy bajo. A decir verdad, nunca había prestado atención a sus charlas ya que las consideraba aburridas de temas adultos sobre cultivos y administración. Me había cansado de jugar toda la tarde y me acerqué a preguntarle a mi madre la cena.

- Mami, ¿qué cenaremos hoy? - me apoyé con mis dos manos sobre la mesa del comedor.

- Mis padres me miraron por unos segundos y luego siguieron con su conversación así que decidí ir a la cocina a comer algo. Como había dicho, ese invierno fue muy frío y mi familia no había podido recolectar el resto del año la cantidad de comida que calculamos para el invierno. Gran parte de la comida que llegaba a casa salía del granero común del pueblo cada semana, en el día que las ventiscas parecían aminorar mi padre se reunía con el resto del pueblo y repartían una pequeña porción de grano, carne, etc. Cogí una silla y la puse cerca de la encimera para poder alcanzar los estantes de arriba, donde guardaban la comida. Como podéis ver ahora no soy muy alta y en ese entonces era aún más baja - Samantha se levantó y giró sobre sus talones bajo la atenta mirada de todos - Una vez alcancé el estante más bajo saqué un tarro con cecina. Eso, para una niña de mi edad, es como encontrar un cofre del tesoro repleto de todo tipo de juguetes así que bajé rápidamente de la silla y comencé a comerla. Entre trozo y trozo no me di cuenta que en poco tiempo ya se había acabado el bote. Volví a subir y lo coloqué en la posición en la que me lo encontré para no levantar sospechas, aunque, ahora que lo pienso, sería estúpido no darse cuenta que me había comido toda la cecina una vez revisasen el tarro. Me asomé por la puerta que daba al comedor y mis padres seguían hablando, mi yo pequeña se preguntaba cómo es que no les había entrado hambre a esas horas pero sin darle mucha importancia subí las escaleras y entré a mi cuarto. Nuestra casa se dividía en la planta baja donde estaba la cocina, el salón conectado con la sala de estar y la segunda planta era una sola habitación y un pequeño baño que compartíamos todos. Teníamos un pequeño patio conectado con el salón donde cultivábamos el resto del año. Las casas en aquel entonces eran muy pequeñas y el tener tierras, aunque fuese una pequeña porción de estas, ya era como un lujo así que mi familia no estaba mal económicamente en ese entonces.

Samantha regresó a su sitio, cansada de estar de pie. Hirion había sacado entre tanto algo para cenar y agua.

- ¿Qué pasó cuando subiste al cuarto? - Shiz bebió un poco de agua mientras seguía observando a la niña que ahora miraba al fuego pensativa.

- La verdad aún me sigo preguntando lo que hubiese pasado si hubiese escuchado lo que hablaban en el comedor. - todos la miraron extrañados pero ella siguió su historia - Poco después de subir al cuarto, la tormenta empeoró. Mis padres al cabo del tiempo dejaron su charla y, aunque no les ví, puedo decir con certeza que entraron a la cocina ya que escuché un fuerte ruido como un bote estampando contra el suelo y pasos fuertes por los escalones de la escalera. Habían descubierto que me había comido la cecina y no les había gustado mucho.

- ¡Maldita niña! - mi padre me sacó de la cama, sorprendiéndome - ¡Te has comido toda la cecina que guardábamos para el resto de la semana!

El clan del fenixWhere stories live. Discover now