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Leonard vio a los tres chicos hablando entre ellos en una de las bancas del campus. Se acercó sonriéndole al signo de tierra.
—¿Puedo hablar contigo, Cory?—le preguntó al más bajito. Akram frunció el ceño mirándolo mal. Leonard lo notó—No le voy a hacer nada, solo quiero hablarle.
—Más te vale—lo fulminó y miró a otro lado.
Cory le sonrió a su mejor amigo tranquilizando al más alto. Ellis miraba fijamente a Leonard como si lo estuviera analizando.
—Vamos—le dijo Cory alejándose de sus amigos.
Leonard se despidió y Ellis le sacó la lengua cuando el alfa se dio vuelta. Akram solo lo siguió fulminando.
Cory caminaba al lado de Leonard de forma tímida, este sonreía mientras sostenía una pequeña bolsita en sus manos.
—¿Cómo te fue en el examen de física?—le quiso preguntar.
—Bien. Saqué la nota máxima—sonrío feliz el signo de tierra. Leonard lo miró sorprendido—. De verdad, gracias, sin ti probablemente tendría una más baja.
El alfa se sintió orgulloso de su reciente alumno.
—Toma...—le extendió la bolsita que contenía dulces que anteriormente Cory le había dicho que le gustaban—Considéralo como un regalo por haber sido un excelente estudiante.
—No era necesario—dijo con un sonrojo mientras aceptaba la pequeña bolsita.
—Sí lo era—le sonrió.
—Bueno, gracias de nuevo. Ahora, te voy a tener que traer algo yo porque no me puedo quedar tranquilo sabiendo que me diste algo y yo no te he dado nada—habló balanceándose sobre sus pies.
—No es necesario, no fue gran cosa—hizo un puchero. Cory bajó la mirada, ambos siguieron hablando cuando apareció Teivel pasando por el pasillo de atrás y Leonard se dio cuenta—. Oh...espérame, necesito hablar con alguien—mencionó sin despegar la mirada del pasillo. Cory asintió.
—Ah... está bien—siguió a Leonard con la mirada y se dio cuenta de que se refería a Teivel.
Cory miró la bolsita y sonrió suavemente, pero luego volvió a ver en la dirección en la que se fue Leonard y se mordió el labio inferior con angustia.
Leonard corrió para alcanzar a su novio y lo detuvo.
—Tei...—lo llamó y Teivel lo miró de reojo.
—Oh, Leo...te iba a ir a ver pero como veo que estabas tan sonriente con el cuatro ojos que no quise interrumpir—dijo en una sonrisa sarcástica.
—Se llama Cory, no cuatro ojos—lo defendió con el ceño fruncido.
