¿¡Que son esas cosas?!

95 9 14
                                    

Jason

Esto es un caos, la gente corre hacia todos lados, gritando enloquecida, solo queriendo huir de quien sea, o lo que sea que haya hecho eso.
No podemos hacer nada contra el peso de montones de personas histéricas, así que nos dejamos arrastrar por la marea de gente, aferrándonos unos a otros, intentando mantenernos juntos.

"Debo sacarlos de aquí a salvo..."

Ese es mi único pensamiento consciente, lo único de lo que estoy seguro en este momento: esos chicos son mi responsabilidad; debo asegurarme de regresarlos sanos y salvos a casa, no importa como.
Me armo de voluntad y me vuelvo hacia los chicos.

-Escúchenme, esto es lo que vamos a hacer, iremos a la salida del mercado, no debemos estar a más de 200 metros; buscaremos la forma de llegar allí y nos pondremos a salvo, y lo más importante, NO se separen, ¿entendido?

-Entendido —responden al unísono.

-Sasha, ¿traes tu cuerda? —ella asiente, mi cerebro trabaja a toda su capacidad, buscando la forma de salir bien de aquí— De acuerdo, dámela, átense esto a la muñeca o a alguna parte de su ropa, así nos mantendremos juntos —me hacen caso, y en unos segundos estamos formando el ciempiés más extraño del mundo, conmigo a la cabeza y Alek cerrando la marcha.

Nos empujo a través de este caos, vislumbrando la verja por encima de montones de cabezas.
Estamos cada vez a menos distancia, 100, 50, 20, 10 metros, y entonces...
Está cerrada.
Es una verja de más de 3 metros de alto, que acaba de ser cerrada y obstruida desde fuera, es imposible que salgamos por ahí, y las paredes de ladrillo son demasiado alta para saltarlas, es imposible salir.

"Piensa Jason, piensa..."

Doy vueltas sobre mi mismo, intentando identificar otras posibles salidas, no encuentro nada; me obligo a revisar otra vez, no permitiré que los chicos permanezcan aquí ni un minuto más.

Y entonces lo veo, o más bien, recuerdo. Recuerdo haber ido por pescado, haber pasado por detrás del local; vimos un contenedor enorme, quedaría menos de un metro de diferencia con el borde de la pared, es perfecto, excepto por un detalle: está al otro lado del mercado, eso implica que tenemos que atravesar todo este caos para poder llegar allí.

Es un plan improbable, por no decir imposible, pero tenemos pocas opciones, y se reducen con rapidez, debo tomar una decisión, y rápido.

-¿Jason...? —balbucea Adhara, mirándome con aprehensión— ¿Que vamos a hacer?

-Yo... eh... —"vamos Jason... serénate". Trago saliva y hago de tripas corazón, me preparo para explicar lo que seguramente será nuestra última acción—. Escuchen, lo que vamos a hacer es sumamente arriesgado, y es posible que no lo logremos, pero es nuestra única oportunidad de salir de aquí con vida, ¿ok?
Les explico el plan, y aunque sus caras reflejan una enorme incredulidad, ninguno se opone al plan o me llama loco, lo cual es un alivio.

-Está bien, comenzaremos a avanzar a la cuenta de 3, tengan cuidado y no se separen, ¿de acuerdo? —todos asienten; me preparo para correr—. Ok, 1... 2... ¡3!

Volvemos a abrirnos paso a empujones con el ruido de los disparos reverberando en nuestro oídos, durante unos minutos cualquier noción de la realidad se desvanece, solo existimos los chicos y yo; y nuestro propósito, llegar a ese contenedor, salir de aquí y volver sanos a casa. Todo desaparece, solo escucho mi respiración, los latidos de mi corazón y la presión de la sangre en mis oídos. Mi vista se reduce al siguiente paso: "salta a ese tipo, rodea el estanquillo...". Casi comienzo a sentirme optimista, hasta que... lo veo...

Siervos de los DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora