Sueños extraños

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Ariel

-Zombies.

"Pero que mierda-"

Es lo único que escucho, la habitación tras la puerta se sume en un silencio sepulcral; no puedo creer que estoy oyendo esto.

Se que dirán "¿que hacías escuchándolos? Eso es de muy mala educación", lo se, pero subí por una camiseta limpia a la habitación de Summers después de una batalla a muerte con lodo contra la otra cabaña cuando escuché eso sin querer. Por nada del mundo querría escuchar qué hay posibles zombies rondando por ahí.

Escucho voces al otro lado de la puerta, así que pego la oreja a la fría madera y me limito a escuchar.

-Escuchen chicos —era la voz de Summers, con una severidad poco habitual—, no pueden contarle de esto a nadie, nos tildarían de locos, además ni siquiera estoy seguro de estar en lo correcto.

-Esta bien —escucho responder a dos voces que no logro identificar.

-A nadie, ¿está claro? Ni siquiera a Elián.

-No soy idiota, Summers —es una voz de chica, suena irritada—, se perfectamente que significa-

La corta la campana de la comida; la chica resopla y escucho pasos dirigiéndose a la puerta. "Mierda, mierda, mierda..."

Veo un clóset frente al pasillo, abro de golpe la puerta y me invade un olor nauseabundo, "puaj, realmente debemos comenzar a lavar...".

No hay tiempo para pensar, me meto y entrecierro la puerta, atisbando por el pequeño espacio cómo salen Summers, Cruz y Brelwell, seguidos por Sasha.

Una vez sus pasos se desvanecen, salgo del clóset y voy por fin por la camiseta limpia, mientras pienso en que mierda podemos estarnos metiendo.

2:30 p.m.

Treinta minutos más tarde, estoy comiendo junto a todos los chicos del campamento; los niñeros piensan que esto puede "ayudar con nuestra convivencia", así que los los sábados nos sentamos en anticuadas mesas de picnic e intentamos tolerarnos durante un rato.

Mike Thompson está sentado a mi derecha echando miraditas de cordero a Charlie Smith, que está situada frente a mi, dos asientos a la izquierda; esta responde a Mike ruborizándose y apartando la mirada "ridiculos...".

No le doy importancia y termino de comer, deseosa de subir a mi cama.

No tardamos en terminar, y nos retiramos de la mesa casi al mismo tiempo en que una ligera llovizna comienza a caer sobre el prado.

Nos dividimos en nuestras respectivas cabañas, la mayor parte de la mía se queda abajo, viendo TV; aunque veo que Sasha y Grace se dirigen al jardín tomadas del brazo.
Subo a mi habitación y me encierro allí, estoy cansada, y solo quiero dormir.

A pesar del cansancio, no logro hacer más que dar vueltas en la cama durante lo que parecen horas, sin lograr conciliar el sueño.
Más o menos media hora después, comienzo a conciliarlo, y me sumerjo en una nebulosa de divagaciones y pensamientos sin sentido.

Inicia narrador omnisciente

Mientas Ariel dormita en su habitación, y la mayoría de los otros chicos haraganean, disfrutando de una cálida tarde de verano, una enorme masa se dirige con lentitud hacia el campamento, amenazando con destruir la pequeña esfera de tranquilidad en la que se encuentran.

Siervos de los DiosesWhere stories live. Discover now