Amigos que se van (parte I)

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5 de junio
3:30 a.m.

Grace

"Maldita sea..."

No paro de dar vueltas en la cama, intento dormir, pero no consigo lograrlo, el sueño simplemente no llega.
Me siento en la cama, mirando fijamente el otro extremo de la habitación a oscuras, sumida en pensamientos delirantes.

Por un minuto considero prender la luz de la mesita de noche y leer un rato, pero es tarde y no quiero despertar a los demás.

Miro la hora, son casi las 4; podría bajar por un vaso de leche. Me pongo sandalias y bajo en silencio las escaleras.
Enciendo la luz de la cocina y saco chocolate, leche y un vaso.

Preparo mi leche y me siento en la barra, en el mismo sitio donde hace unas horas estaba sentada junto a Sasha.
Pienso en ella, Sasha; en lo mucho que hemos cambiado en el último año. Hace solo unos meses ambas éramos vecinas, íbamos a la escuela juntas y nos juntábamos a conversar por las tardes. Ha pasado mucho desde entonces.

3:50 a.m.

Estoy tan sumida en mis pensamientos que tardo en reparar en el leve murmullo que resuena en la cocina. No estoy segura de donde proviene, pero algo me dice que debería investigar, cosa que hago.

Me levanto y comienzo a vagar por el piso inferior, buscando el origen de ese ruido tan extraño.
No demoro mucho, tras pocos minutos de búsqueda me detengo en una puerta al final del pasillo, es el baño.
Al pegar la oreja a la puerta confirmo que es de allí de donde proviene ese peculiar sonido; ronco, gutural, difícil de describir.

Si bien hace unos minutos mi instinto me pedía indagar, ahora mismo me pide a gritos correr. Lo ignoro y tomo el pomo de la puerta, siento las manos temblorosas.

"Ok, 1... 2... 3..."

Abro la puerta en silencio y entro cerrándola y poniendo el seguro detrás de mí. Mis ojos tardan en adaptarse a la semi oscuridad de la habitación, la única fuente de luz es una pequeña vela a medio consumir en el piso.
Avanzo con cuidado, intentando no tropezar con nada. Fracaso estrepitosamente, apenas he dado unos cuantos pasos para adentrarme en la habitación cuando tropiezo con algo largo tirado a medio baño.
Doy por supuesto que será alguna de esas pistolas de agua con las que los chicos siempre están jugando, pero al observarla con detenimiento, reparo en que lo que creí un juguete, es una pierna humana, la sigo hasta dar con el cuerpo al que pertenece, su rostro está en penumbras, demacrado y con las venas resaltadas y de un violento tono violáceo, al igual que todo su rostro, aunque en menor proporción; a pesar de lo cual lo reconozco: se trata de Anthony Watson, del dormitorio contiguo.

Sabia que Anthony estaba aquí por drogas, pero jamás pensé que pudiera pasar algo así.
Me precipito hacia a él y toco su cuello, buscando un pulso que no encuentro.

"Ay, Dios... ¿qué pasó..?"

La respuesta llega en forma de la visión de las cajas de medicamentos desperdigados por el piso, está claro que el pobre tuvo una sobredosis.
También es claro que es demasiado tarde.

Me siento junto a él, tomando su mano, blanca y algo bronceada, y solo me quedo allí.
Quizá podrías pensar "Por dios, es un tipo muerto, ¿como haces eso?" pero no se me ocurre que otra cosa hacer, y dado que el pobre chico estuvo solo, sometido a una enfermedad que lo consumió, lo único que puedo hacer es acompañarlo durante un momento.

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⏰ Last updated: Aug 01, 2022 ⏰

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