"Condenadas alucinaciones veraces"

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Comenzaba a oscurecer, Oozu presionó las manos en el volante, con los suaves temblores surgiendo y su estómago revuelto en ansiedad. Controló sus impulsos de arrancar la velocidad del carro de Taxi, y frunció el ceño en desagrado por sus actos que deseaba controlar y no salir sometido.

Injustificado, se mencionaba mentalmente, tales palabras salidas de su jefe al momento de su caída de pánico ridícula hace un par de días.

Sacudió la cabeza, prometiendose no volver a pasar eso de nuevo. El carro pudo salvarse de su choque anterior a poca velocidad, pero obtuvo mala reputación entre sus compañeros de trabajo. Y mayores turnos que desgraciadamente cayeron de noche, tenía sus dudas por la intención detrás de ese horario de recorrido.

Lo pensó profundamente, una y otra vez luego de esa horrible noche, todavía no lo cree una fantasía o mera excusa de arruinar un bien mueble de la compañía. Supo que lo que pasó era real, totalmente y se lo guardó para sí ante los incrédulos compañeros de trabajo.

No era idiota, contrario de lo que sus padres y conocidos cercanos digan, sabía de los rumores de la ciudad de Akatsukamura. Bastante tranquila con los rayos del sol sobre sus cabezas y habitantes con vestimentas de hace un siglo, pero una ciudad desierta en las sombras, otra excusa suficiente de no tener pasajeros a esta hora.

Ahora mismo estaba detenido en una de las carreteras principales que conectaba ambos pueblos, apenas empezaba su turno y creía no poder soportarlo más.

"Controlate, respira hondo" Murmuró para sí mismo, enfureciendose por no lograrlo por completo. Pero la imagen de esa noche nunca la olvidaría, comenzaba a tener pavor por ver en el espejo retrovisor y encontrar—.

"Uhm, buenas noches señor, ¿Este taxi está en servicio?".

Oozu giró como una tuerca a la voz golpeando su ventana cerrada a su lado.

Se congeló, ambos lo hicieron en realidad.

Aún con los pocos faros conservando funcionalidad y su luz en la abrumadora oscuridad, fueron suficientes para ver el rostro del extraño.

Con las manos blancas de la presión, en un instante, sacó el seguro de freno y pisó el acelerador a fondo.

El taxi corrió a una velocidad asombrosa de arranque dejando atrás un manto de polvo.

" Mierda mierda mierda mierda… " repitió como un mantra con los dientes apretados y el corazón a punto de salirse de su pecho.

No reaccionó hasta que notó el camino direccionarse en desvíos frondosos hacia las montañas. El motor era un ruido de fondo, con los latidos escuchados cuales tambores en los oídos y la quietud de una estatua. Como si sus articulaciones estuviesen oxidadas, su rostro giró al camino por donde vino.

¿Fue real?

Hace un momento maldecía su vida y la posible locura de su cabeza, al siguiente vio a un tipo con su mismo rostro hablándole.

¿¡Qué demonios!? Era oficial, perdió la cabeza carcomiendosela en pensamientos menos que productivos.

¿Hay cerca un hospital psiquiátrico con pacientes con sus sintomatologías y de por casualidad ser extranjeros de esta ciudad?

Tragó saliva, incómodo de pronto, no quería tener una camisa de fuerza y con la clara muestra de no poder seguir adelante sin sus exigentes padres. Sería un daño serio a su orgullo.

Ahogó un suspiro casi golpeándose la frente con el volante.

Debía ignorar ver personas con su rostro a fin de seguir con su vida. Hacerle eso a un pasajero no fue muy cordial de su parte.

El Secreto De Lo Arcano (Denki Mystery) {Hiatus}Where stories live. Discover now