|★ Capítulo cinco.

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– Buenas tardes, puede llevarme a Apgujeong-dong. – Dijo Mina al taxi que habia detenido después de recorrer casi todo. Cuando se subió siguió sintiéndose descordinada, al menos aun recordaba en que barrio vivía.

Toda la mañana y tarde se la pasó caminando, viendo revistas, visitando supermercados y viendo el partido allí.
Debía estar actualizada de todas las cosas viejas. Los productos, que pasaba en ese mes, debía saberlo todo.

Cuando el taxi estaba a punto de llegar a la zona vio que en realidad antes era muy afortunada económicamente, vivía como quería, salía cuando quería, llegaba a la hora que le gustara y derrochaba el dinero de su padre a su antojo. Era algo shockeante estar de vuelta en la mejor época de su vida, la disfrutaría mientras durara, pero ahora con una actitud más madura y consiente.

El taxi paró en la esquina de la carretera y allí se dio cuenta de que no traía dinero, reviso en los bolsillos de los jeans pero no había nada, no, eso no le podía estar pasando.

El conductor se dio cuenta rápidamente de lo que estaba sucediendo.

– ¿Que? ¿Acaso no tienes dinero niña? – Dijo algo molesto. Ella en cambio se alteró más.

– S-si pero no... – soltó avergonzada, antes de que el taxista dijera otra cosa vio el reloj de su muñeca y no lo dudo un segundo. - Mire, tome el reloj. - Mina se lo dio en la mano y se bajó del taxi muy apenada. El Señor lo vio aún quejándose, al menos era un rolex.

Mina corrió de allí llegando a las zonas residenciales, aún recordaba algunas cosas pero no su casa, estaba muy perdida.

– ¿Are you lost? – susurró alguien en su oído, brinco del susto y vio al endemoniado hombre de traje.

– ¡No aparezcas así! ¡O más bien ya no lo hagas! – Siwoon se río de ella y camino a paso lento indicando que lo siguiera.

Ella lo hizo sin más opción.

– Se que no recordarás varias cosas pero de ahora en adelante las pondré en tu mente, y haber si recuerdo hacerlo en el momento justo, no queremos que quedes mal. – dijo riéndose, habían dado la vuelta llegando a ver muchas casas, unas eran simples pero elegantes y se veían costosas, otras si eran mansiones.

– ¡Tienes que acordarte de ponerlo en mi mente! ¡Ni siquiera ahora se si estoy cerca de mi casa! – Aún quejándose Mina los dos siguieron caminando juntos, hasta que llegaron a una calle cerrada donde había una mansión pintada de color blanco con un enorme barandal negro y zespet en todo el jardín que era adornado con las mejores flores, dejando obviamente espacio para que entraran los carros dando directamente a la puerta de la casa, si esta era su antigua casa.

Siwoon lo supo de imediato y desapareció de allí.

– Se ve aún más grande que antes.. – Dijo Mina atónita viendo cada rincón de la gran casa. - Mira Siwoon ese de allá es mi aut.- Se quedo con las palabras en la boca poque ya no estaba, debía decir que cuando no lo quería con ella el estaba allí, y cuando quería que se quedara no lo hacia.

En fin, Mina se acercó al intercomunicador negro aún lado de la casa, no recordaba haberlo usado
antes.

Ni siquiera dijo su nombre sólo con ver su cara las personas le abrieron el barandal de la casa y así entró.

Apresuarada se adentró por la puerta llendo al comedor y buscando a su padre.

Justamente el estaba allí desayunando con su madre y sus medios hermanos.

Su padre con solo verla se alegró.

– ¡Hija! Ven siéntate a cenar con nosotros, ¿O ya lo hiciste en otra parte? – Exclamo entusiasmo y para anda molesto porque no estaba en la casa, su madre parecía tener el mismo pensamiento.

17 𝖮𝗍𝗋𝖺 𝖵𝖾𝗓                                      [𝖬𝗂𝖼𝗁𝖺𝖾𝗇𝗀 𝖦!𝖯]Where stories live. Discover now