Te gusta gustas kayn? Te gusta Akali? Te gusta el Kayn x Akali?
Si es un si a todo! Lea esto!...
En un mundo donde lo demonios primigenios estan sueltos, nadie esta a salvo. Ni si quiera aquellos que los adoran o los enfrentan
Akali tomo sus cosas y se dispuso alcanzar a shen, quien la esperaba fuera de su habitación. Nunca lo admitiría, pero le gustaba manera de vestir del culto, por lo general con ropas rojas y negras de telas finamente diseñadas para esa noche, un traje apropiado para alguien como ella. Consistía de un yukata de seda roja con medias largas, adornados con blancos y ornamentos dorados. Agradeció que los sastres tuvieran buen gusto. A medida que caminaba entre los pasillos, shen pudo notar que su acompañante se encontraba inusualmente cabizbaja y pensativa. Sin querer se fijó en un pequeño moretón en su hombro
- ¿Qué es eso? - pregunto shen apuntando a su hombro
- Me golpee bajando una caja de un estante - mintió cubriéndose lo que ella sabía que era - Estaré bien, no duele -
Shen no tuvo más nada que decir, si hubiera visto aquella criatura de la noche desaparecer entre las paredes, de seguro lo habría reportado, para su suerte, no había indicios que lo hubiera hecho. ¿Querría que alguien supiera que aquella criatura quería tomarla? ¿El culto la daría como ofrenda? ¿Sería ella una clase de "Elegida"? ¿O seria desterrada por dejarse seducir? Tantas preguntas su cabeza, no la hizo realizar que la misma gran sacerdotisa estaba frente de ella.
- ¡Akali! -
Pronuncio con autoridad, dejando en claro que no era la primera vez que la llamaba. Akali miro con atención a sus ojos rojos como rubies
- ¿Tenemos que dejarte fuera de esto? - insistió Diana
- No - respondió
- ¡Entonces concéntrate! -
Akali dio un suspiro cansado una vez Diana se marchó. Menos mal lo contuvo, porque de ser así, habría sido una desgracia, al fin y al cabo, este era su hogar. Akali odiaba estos recorridos, ya tenía suficiente con la primera, no quería estar allí, pero no tenía opción, solo debía de aguantar un poco mas
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Diana se sostuvo frente a todos los súbditos de la secta que serían participes de la caza, susurros y murmurios se podían escuchar por todo el recinto donde estaban. Diana hizo un gesto con la espada ceremonial que traía en su mano derecha, con ello, todo quedo en absoluto silencio
- ¡Esta noche, La luna de sangre se alza más alto en el cielo! ¡Esta noche, honraremos su presencia! ¡Esta noche, saldremos de caza! -
La audiencia presente se batió en gritos y aplausos. Akali podía sentir en su propia piel la sed de sangre de todo el que la rodeaba, más ella con pesades, no se sentía igual
- ¡Síganme en esta luna de sangre y veneremos a las criaturas nocturnas con un festín! -
Con espada en alto, apunto a la luna de sangrienta que cada vez se hacía más alto en el cielo, a pocas horas de alcanzar su tope. Diana llevo la espada en dirección a la precaria villa que se encontraba debajo de la colina, donde saldrían las primeras víctimas de la noche. Akali sostuvo con fuerza su Kama y Kunai, no habría matanza para los acólitos, aquellas armas no eran más que para defenderse de los monstruos o alguno pueblerino que se pase de listo. Con gran duda en su corazón, akali siguió a sus "hermanos" de secta
