Cap 3

231 24 12
                                    

"Joven maestro, los preparativos ya están listos"
 
Una criatura de pie sobre la rama de un gran castaño, oculto en un bosque rojo, con heterocromanos ojos que resplandecían con intensidad. Este ultimo, miro al hombre que se inclino a su lado "-Ya todos están en sus posiciones?-" refiriéndose a una familia de voluntarios, elegidos para aquella misión.
 
"-Así es... ya se encuentran en la afueras de la villa. Debe apresurarse, joven maestro, antes de perderla de vista-" tal como llego, aquel hombre dio una reverencia y se marcho, dejando a la criatura con una sonrisa ladina
 
"-Estas seguro que es ella, kayn?-" pregunto otro hombre parado del otro lado del castaño
 
Kayn, centro su atención, viendo una expresión preocupada en Sylas. Uno de sus mas aferrimos allegados, un liwij, o portador lunar
 
"-Sylas, si eh estado seguro de algo, es esto- respondió confiado "-Ella es la correcta-"
 
"-Que pasara si no puede ayudar? Y si se niega?-" Sonó angustiado, el reproche se podía notar en su voz. Kayn exhalo con desgano
 
"-Entonces fue divertido mientras duro, el sello se romperá un día, y será el fin para todos nosotros-"
 

 Kayn exhalo con desgano "-Entonces fue divertido mientras duro, el sello se romperá un día, y será el fin para todos nosotros-" 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Actualidad

Cada sentido de amenaza y o hostilidad fueran totalmente apaciguados por kayn. Que al parecer aquella criatura también tenia nombre. Parado de manera tan despreocupada y con una expresión tranquila en sus ojos. Le costaba creer que era el mismo que conoció aquella noche
 
-Es un bonito kimono, realmente te vez muy bien- Alago kayn. Akali se sonrojo un poco por aquel cumplido, aun así, se había propuesto en no caer en sus encantos. Lux dijo que era seguro, pero recuerda perfectamente que básicamente había sido secuestrada y traída aquí en contra de su voluntad
 
Akali conto a cada uno de los escoltas repartidos por aquel salón, ni si quiera se tomaron la molestia de esconderse, le molestaba un poco que estuvieran atentos de hasta el mas mínimo movimiento que hacia, como si en verdad pudiera hacer algo en primer lugar. Uno de ellos en particular, la vigilaba con recelo. Un hombre alto y fornido, con un tono de piel purpurado y ojos ámbar. Era obvio que era una criatura. Kayn pudo notar lo tensa que estaba akali
 
-Este a quien vez aquí es mi guarda y amigo, sylas- El mencionado dio un paso al frente y reverencio -No estoy seguro, pero creo que tu asistente, lux, te habrá mencionado algo sobre el o no-
 
-Lo hizo- akali hablo. Era la primera vez que escuchaba su voz, quedo gratamente impresionado al oírla -Me dijo que era un liwij, un portador lunar- Su atención paso de sylas a kayn -Pero nunca menciono lo que eras tu- Este asintió y le ofreció una sonrisa
 
-Bien... No me hubiese gustado, que arruinara mi introducción- kayn dio un par de pasos, y con un ademan de manos ordeno -Podrían darnos un poco de privacidad por favor, me gustaría que nuestra invitada se sienta mas cómoda- los guardas dieron una reverencia y salieron de ahí. Sylas antes de salir, puso una mano en su hombro y le susurro algo al oído -Lo se, lo tendré en mente- sylas asintió una vez mas, y salió de ahí cerrando aquella puerta corrediza tras de el. Kayn se dio vuelta, viéndola con una sonrisa amigable -Por favor, por aquí- haciendo un gesto con un brazo, para que la siguiera, mientras tenia la otra acomodada detrás de su espalda -Creo que debes de tener algo de hambre, sígueme-
 
Akali dudo un momento. Pero al final accedió, tal y como había dicho aquella criatura, cuyo nombre era kayn, si tenia bastante hambre, no había comido nada desde que se levanto y ya habían pasado al menos 2 horas de eso. Kayn abrió otra puerta corrediza tras de el, caminando por un largo pasillo, la chica se quedo parada ahí un instante, pero no tuvo de otra que seguirlo. Lo mirada desde atrás, y su caminar confiado, como si tuviera todo en su vida sumamente calculado, eso en cierto punto la llegaba a irritar. Observo atentamente a su alrededor, la blanca nieve que se hallaba a un costado del barandal, acumulado por la constante nevada que serenaba del cielo. Cruzaron por una esquina, y quedo asombrada con las similitudes que habían entre este templo y el suyo, casi como si fueran el mismo, incluso su símbolo eran sumamente similares. Caminaron por pasillos y senderos, hasta que pudo apreciar mas de cerca un pagoda de al menos 3 pisos que había visto desde el exterior, y al fondo se podía escuchar los alaridos de entrenamiento de un grupo considerable de acólitos al culto, todos instruidos por un fornido hombre de cabello blanco y una cicatriz en la nariz que lo atravesaba de lado a lado. Otra criatura, sus orejas de can, asomados por su cabello lo delataba. Cuando vieron a kayn pasar, todos inmediatamente se detuvieron eh hicieron una reverencia a su joven maestro... de no ser porque era testigo de la nieve y el frio invernal, estaría segura de que nunca salió de su culto
 
-A que te tienen en muy buena estima- comento akali, por lo bajo
 
Kayn se detuvo, viendo con detenimiento y una sonrisa ladina. Era claro que la había oído, y se podía notar en su expresión, aceptando agraciado aquel cumplido.
 
-Adelante- ofreció kayn, abriendo otra puerta corrediza detrás de el. Akali pudo apreciar que una mesa de piso repleta de comida, y el olor exquisito de un gran tazón de rámen. Suspiro sorprendida de ver su comida favorita aclamar por ella -Buen provecho- sentencio kayn. Seguido de eso, akali se sentó sobre el suelo, para estar a la altura de la mesita, tomo unos palillos al costado, y junto sus manos haciendo una reverencia. Al llevar una primera bocanada a la boca, kayn pudo escuchar un pequeño gemido de placer, una vez probo los fideos. Hizo lo propio al sentarse frente a ella con una expresión divertida, cada vez mas convencido de si mismo... Akali decidió terminar su comida antes de volver a hablar
 
-Así que, shieda-
 
-Kayn- El interrumpió -Por favor dime kayn, de todos modos, mis amigos me dicen así-
 
-O joven maestro, mas bien- dijo akali con retorica, enarcando una ceja y una sonrisa burlona
 
-Bueno... lux suele decirme así todo el tiempo, supongo deber ser porque le di un hogar donde quedarse, así como a muchos aquí- comprobó algo avergonzado. Akali asintió antes tomar sus palillos y tomar una rebanada sashimi. Kayn al verla, sonrió, sin darse cuenta que sus colmillos se estaban asomados. La chica logro ver un poco mas de esa dentadura, llegándole una curiosidad que la agobiaba. Trago y se dispuso a preguntar:
 
-Entonces, que es lo que eres? Como sabes, lux es una soji, y su pareja, sylas, es un liwij, portadores solar y lunar. Pero que eres tu!? Quien eres tu!? Que es este lugar!?- akali lo iba a bombardear con mas preguntas, pero al final solo se abstuvo con esas tres para empezar. Quería saber detalle sobre detalle de el. Kayn dio un gran suspiro, y se reclino un poco en el suelo, mirando al cielo raso de aquel comedor, sin siquiera verla a ella, comenzó:
 
-Me llamo Shieda Kayn. Nací en una tierra lejana, llamado Noxus, en una villa escondida entre la mierda y la miseria. Al igual que en tu secta, en noxus también solían dar ofrendas a las criaturas de la noche, como ustedes les dicen, en aquella ocasión mi familia tuvo la mala suerte de ser elegida para ser el sacrificio. Apenas y tenia 9 años...- Akali se exalto al oír aquello. Demasiado joven. Apenas un niño -Fuimos elegidos gracias a mi padre, se metió con quien no debía e íbamos a terminar por se comidos aquella noche. Pero el viejo era un bastardo muy tenas, de alguna manera logro liberarse cuando estábamos a puntos de ser devorados. Y a esos monstruos no les gusto aquello- Kayn pauso con una sonrisa algo siniestra, a los ojos de akali -Fue un maldito desastre. La criaturas estaban muy enojadas, porque su ofrenda se quería escapar, y se estaban desquitando con los inmundos vasallos que nos ataron para ser la cena- Rio kayn, con malicia -Corrimos hacia el bosque, a ver si los perdíamos de vista... pero no fue así. En la huida, esos monstruos nos estaban pisando los talones. Estaba muy asustado, apenas y podía seguirle el paso a madre... paso lo inevitable. Fuimos acorralados en un acantilado - el shieda se detuvo por segunda vez, ahora su expresión era sombría, con un deje de desprecio - Padre...El muy maldito, me arrojo como un leproso, para que fuera su pasa bocas- Akali, prestaba atención a cada una de sus palabras, estaba tan inmersa en su relato, que casi podía imaginar a la perfección lo que el le narraba.
 
-Que sucedió después?- pregunto después, mas como un reflejo, que por otra razón
 
-Nunca volví a ver a mi padre y madre... pero si pude ver a mi salvador. Un Vampyr, salvo mi vida aquella noche. Son similares a los vampiros, solo que los vampyr, pueden tolerar el sol y no son tan fuertes... Zed, así se llamaba esa criatura que me salvo, el al parecer pertenecía a una sociedad que se dedicaba a exterminar demonios. Luna nevada- miro akali, extendiendo sus brazos de par a par, para dar a entender donde se encontraba -Zed me trajo aquí y me hizo quien soy ahora- kayn puso sus manos detrás de su nuca y comenzó a desamarrar la bandana que traía consigo. Inmediatamente akali se dio cuenta que aquellos cuernos que tenia, no era que estas salieran de su cráneo, si no que estos estaban adherido a la cubierta metálica que protegía su frente. Revelando así, que era un hombre y no una criatura.
 
Pero no estaría del todo segura. Su ojo izquierdo, ese ojo, ardía con la intensidad de mil infiernos, ese brillo carmín denotaba de la mas pura maldad. Ni si quiera los ojos de ninguno en su secta eran así, ni Diana, ni yasuo, ni aquella infamé sacerdotisa de la lujuria expresaban una maldad tan extrema...
 
-En cuanto a que soy realmente- Pauso -Soy humano... o eso me gustaría decir-
 
Akali observo con detenimiento como se ponía sobre sus pies. Comenzando a desenvolver su brazo izquierdo, revelando una marcas de maldición, las conocía muy bien, demasiado... Estas eran similares a las de antiguas que vio en su templo, no recordaba exactamente en donde, pero sabia que no era nada bueno. Cuando kayn le revelo todo su brazo marcado, se sintió casi que hipnotizada, su cuerpo se movió casi por instinto sin perder de vista aquello. No supo cuando, ni como, pero ya estaba a su altura, y con apenas tocar con las yemas de sus dedos, dejo de estar ahí...
 
Podía ver claramente la luna de sangre brillar en el horizonte, parada sobre plataforma en la cual se erguían 3 postes altos y ensangrentados. Allí se encontraban atados a ellos una familia de 3, las similitudes entre todos era evidente. Un niño evidentemente golpeado y maltratado se hallaba en medio amordazado, gritando improperios y maldiciones a todos los observadores expectantes de lo que pronto se volvería una mórbida masacre, una madre desconsolada en llanto trataba de calmar a su hijo envuelto en una furia incalcitrante sin éxito, y un padre intranquilo que miraba a todos lados, tratando una manera de salir de allí. Una gran sombra se presento frente a todos, miro nuevamente arriba, observando la luna en su punto máximo. Podía ver como aquella criatura miraba apacible, la enardecida expresión de aquel infante, sus ojos tenían un fulgor y coraje que a pocos eran los elegidos con tal determinación. La muchedumbre quería sangre, gritaba por ello, pero la criatura envuelta en un velo oscuro era indiferente a la multitud. De un momento a otro vio que el adulto del otro lado se había zafado de sus cadenas y lanzo un pedazo de madera al monstruo, distrayéndolo y enfureciéndolo, trato de envestir al muchacho, pero este también se había zafado y estaba emprendiendo la huida, mientras aquel ser oscuro, miro su atención lo que para el, ahora serian sus ofrendas. Los plebeyos alrededor gritaban iracundos con lo sucedido, pero nadie se atrevió a seguirlos, todos se dieron a la huida, con ello el caos. Ahora los muertos serian ellos...
 
Con fuerte jaqueca y con la vista nublada, callo sobre sus rodillas, temblaba sin control. El sudor corría por su frente, sintiendo la necesidad de vomitar. Fue la visión mas intensa que había tenido en mucho tiempo... a medida que recuperaba el completo reconocimiento, podía notar como su cuerpo era rodeado por unos brazos anchos. Se hallaba apoyada sobre el pecho de quien ella reconoció como al niño que vio en su alucinación. No lo entendía al principio, pues su voz sonaba distante y en un eco, en su expresión no se podía ver aquel coraje que vio en aquel niño, si no, una preocupada
 
-Akali, te encuentras bien?- pregunto inquieto
 
-Te vi- respondió -Te vi en aquel poste-
 
-No importa... sucedió hace mucho- con ello akali sintió la necesidad de llorar, y sin poder detener sus lagrimas las dejo correr. Kayn la reconforto, apegándola mas así mismo, brindándole un pequeño beso en la frente. Cuando por fin se calmo, este decidió continuar
 
-Como puedes darte cuenta, porto una maldición- dijo mostrándole las marcas de su lado izquierdo, cuyas amorfas marcas, que contrastaban con los tatuajes de su lado derecho -Aquella luna de sangre era una muy especial. Y ahora mi cuerpo es como una clase de recipiente, y fui cazado por los demonios por muchos años. Pero aquí en Nor'hillan, era seguro, pude hacerme fuerte, pude convertirme en un depredador de monstruos. En una misión conocí a uno en especial, un antiguo Demonio primigenio atrapado en una guadaña llamado "Rhaast". Este demonio me ofreció un trato. Dijo que si podía acabar con su maldición el desharía la mía. Volvería a ser un humano completamente. Acepte claramente y sellamos nuestro trato- kayn se le dio la espalda a akali, dejando ver claramente como aquellas marcas formaban la apariencia de un demonio, con colmillos afilados y grandes cuernos... la chica se impresiono un poco y alejo un poco al chico con sus brazos. Aquella figura le pareció extremadamente similar a otra que había estudiado en un antiguo rollo de su propio culto. Kayn se desconcertó un poco, pero aun así, continuo
 
-Desde entonces eh tenido visiones, de futuros distantes, o revelaciones del pasado. Pero una hace dos lunas rojas atrás, "Vi" a una chica, con ojos tan verdes como esmeraldas, un cabello oscuro como la noche, y un corazón noble y valioso como el oro- kayn se detuvo, y poso su ojo con esperanza en ella, quien escuchaba con detalle lo que el decía. Akali, no pudo interpretar aquella expresión, hasta que un momento se realizo de a quien se refería
 
-Yo?-

 Akali, no pudo interpretar aquella expresión, hasta que un momento se realizo de a quien se refería -Yo?-

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




Luna de dos carasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora