twelve

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hoy se cumple exactamente una semana desde el incidente que me provoca taquicardia cada vez que lo recuerdo. perdón, pero simplemente no hay muchas palabras con las que pueda expresar la vergüenza que siento aunque ya hayan pasado siete días.

te encontré en la verdulería mientras comprabas algunas manzanas y yo algunas uvas. claro que me viste, pues te acercaste a mí después de pagar; platicamos del agradable clima que había en la ciudad, aunque para mí el ambiente solo fue agradable desde que apareciste.

tuve la oportunidad de escuchar muchas palabras y comentarios tuyos. amo hacer eso, escuchar tu voz es sumamente esencial para mí, pues aquel suave sonido se siente tan satisfactorio a la hora de que uno se percata de él.

y (como pasaba últimamente) la comodidad no duró tanto como yo esperaba, pues hiciste un comentario que me sacó de mi órbita.

—entonces... escribes cartas, eh.

no. no podía estarme pasando eso... ¿acaso lo escuché, o lo imaginé?

—¿perdón? —he de admitir que mi voz sonó tranquila, a pesar de que en mi interior estaba floreciendo una terrible angustia.

asentiste.
—las cartas de la semana pasada.

estaba sucediendo... ¡seguramente john te lo había dicho todo! lo maldije en milllones de formas posibles en ese instante.

—¿te... te lo dijo?

alzaste una ceja.
—fui testigo de tu plática con john. me acerqué a tu habitación cuando noté que no regresaban, pero al encontrar la puerta cerrada solo logré escuchar sin querer algunas cosas.

—¿a partir de qué punto de la conversación escuchaste? —a veces sé actuar de maravilla. no sé de dónde saqué tanta calma, pues la intriga me comía viva. creo que merezco un papel en broadway.

te encogiste de hombros.
—casi al final, pero creo de sé de qué va el asunto.

entonces me miraste. me quedé helada ante tus ojos, sin respuesta, y en aquellos matices solamente logré ver reflejado el rostro de una cobarde.

te quedaste callado con paciencia, esperando algunas palabras.

—es george, ¿cierto? —preguntaste al ver mi estado. me quedé perpleja, ¿cómo rayos imaginaste esa tontería? una vez más, me quedé sin palabras y boquiabierta— he notado que él es bueno contigo y que te ves feliz con él. es un buen sujeto, creo que sería adecuado para ti.

tal parecía que no llegaste a tiempo para escuchar lo esencial en la conversación. no sabías que todo eso se trataba de ti.

—¡c-claro que no! ¿cómo piensas eso, paul?

—bueno, hace poco creí que ustedes...

—¡no!

—¿a quién más podrías escribirle estas lindas palabras? —el silencio fue algo que tomó protagonismo en mí el día de hoy.

sé que una idea llegó a tu mente, una que tal vez no se alejaba mucho de la realidad.

—¿qué pasa? —inquirí con intriga oculta.

—nada —una diminuta sonrisa se pintó en tus rosados labios mientras tenías la mirada baja, entonces llevaste tus ojitos hacia los míos aún con dicha sonrisa.

eso fue todo lo necesario. sabes que mis cartas son para ti, estoy completamente segura. lo sabes, pero no me lo dirás.

¿por qué sigo escribiendo esto? quizá ahora tú entres a mi habitación sin pedir permiso y encuentres este papel, y confirmarás que todos mis escritos profundos fueron para ti.

fantasy ♡ paul mccartney ✔Where stories live. Discover now