fantasy ♡ paul mccartney ✔

thirteen

[ ✩ ]

ayer te vi a lo lejos en el centro comercial y te aproximaste, pero me retiré antes de que pudieras alcanzarme; huí y me refugié en el parque al que solíamos ir. sé que no fue el mejor escondite, pero al menos estuve sola unos minutos. maldita cobarde.

muchos pensamientos inundaron mi mente, imaginé numerosas posibilidades respecto a si yo te decía que todo lo que estaba plasmado en esos papeles era dedicado a ti, y que desde mi perspectiva nada de mis profundos deseos se podrá realizar; de verdad, nada. he notado cómo ves a cierto tipo de chicas, chicas muy diferentes a mí, física y mentalmente distintas.

además me has otorgado el tupé de decir que soy tu amiga, no quiero que todo cambie y se torne incómodo si te confieso mis sentimientos. debo admitir que estoy asustada, tengo miedo de que termine la amistad más bella y sincera que he tenido, no quiero sentirme sola y miserable una vez más.

entre mi pequeño trance, detrás de mí escuché una voz que tú y yo conocemos bastante bien. john llegó y se sentó a mi lado.

—¿qué hace una señorita tan linda como usted en un lugar como este?

simplemente le sonreí, es su forma común de saludarme cuando estoy sin compañía.

—no tengo nada que hacer.

—tú duermes cada vez que no tienes nada que hacer —esa era la verdad, lennon comenzaba a conocerme bien.

utilicé la excusa de que estaba aburrida de la misma rutina, pero él sabía que aquello no era cierto. le di otros pretextos, mas él los negaba con diversión. hablaré con realidades: su insistencia en saber la realidad me irritó en demasía.

—okay, lo vi aproximándose a lo lejos y entré en pánico cuando noté que sus preciosos ojos estaban posados sobre mí, además de que mi corazón de pollo comenzó a latir de ternura al ver su sonrisa, entonces hice como si él no estuviera allí y me fui; básicamente estoy huyendo de mis problemas... ya está, ¿feliz?

—wow, eres muy cursi. qué asco —comentó cuando me vio un poco decaída después de contarle aquello, y por alguna tonta razón reí.

—lo admitiré: me desconozco cuando se trata de él.

—john me contó todo —harrison se apareció detrás mío, ¿desde cuándo estaba ahí?—. bueno, todo a excepción de quién es el destinatario... —le dio una mordida a una dona que llevaba consigo—. es paul, ¿verdad?

y ahí me pregunté desde mi interior: ¿tan obvio es?

lo acepté, tenía que hacerlo, debía confesarle este sentir a alguna persona tarde o temprano y se sintió bien decírselo detalladamente a esos dos chicos. inimaginable tu efecto en mí, paul mccartney.

—mataré a paul si no sale contigo —dijo george. el chico se terminó a gusto su dona mientras me desahogaba emocionalmente.

—pero antes de que lo hagas, le pediré que salga conmigo. hay que sacarle provecho a esa cara bonita —comentó john.

el sentido del humor de lennon es especial, siempre anima a los que están a su alrededor de una forma muy peculiar, pero funcional.

después de un rato, él se fue y nos dejó solos a george y a mí. seguíamos hablando respecto a este drama oculto que estoy viviendo. me dio palabras de apoyo, palabras que de alguna forma yo necesitaba.

—amar a una persona no es malo, malo sería morir sin haber expresado de alguna forma ese sentimiento. deberías considerar hacerlo. si él te acepta, ya ganaste; si no lo hace, se perderá la oportunidad de tener junto a él a la persona que lo quiere como nadie jamás lo hará.

—gracias —sinceramente, sus palabras me alentaron como nadie lo había hecho antes.

lo abracé y le di un beso en la mejilla como forma de agradecimiento en medio del acto; es fascinante aquella sensación que se da cuando alguien está dispuesto a escucharte sin juzgarte. honestamente, ese chico se ha ganado mi cariño. aún abrazándome, me susurró al oído que he elegido a una muy buena persona para amar y que tú tienes suerte de que yo sienta eso por ti... ¿será eso cierto?

fue un lindo momento, pero parecía que la mala suerte quería regresar a mí sí o sí.

—¿chicos?

y ahí estabas tú, observándonos con una expresión discretamente sorprendida. sé muy bien lo que pensaste, tuviste la certeza de que las cartas eran para george, y (al vernos juntos de esa manera) creíste haberlo confirmado.

todo se fue al carajo... otra vez.