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Conway preferiría cavar su propia tumba antes de admitir que estaba buscando excusas para visitar cierta tienda.

Habían pasado semanas desde su último encuentro, los nombres y datos que Bambi le había proporcionado eran invaluables, gracias a ellos ahora tenían hilos de donde agarrarse. Antes vivían en una oscuridad apabullante sin ningún tipo de luz. No tenían nada más que cuerpo rotos, vacías palabras de duelo, testimonios que no concordaban, pruebas que desaparecían y oficiales renunciando a diestra y siniestra.

Ahora sabían a quien mantener un ojo, de quién no fiarse y a quien utilizar, como por ejemplo Freddy Trucazo. Si no fuera por el italiano, Conway no lo hubiese mirado dos veces, ahora tenía un buen topo entre sus manos.

Eso debería haber bastado a la mente inquieta de Jack. Pero a pesar de todo el trabajo que ahora tenía, los informes que debía leer y los puntos que podía conectar, el no podía quitarse de la mente el olor a rosas y unos brillantes ojos verdes que lo miraban con pícara diversión.

Gruño frustrado en voz alta arrugando un papel con saña. Frente suyo Volkov y Greco lo miraban con, para nada disimulado, interés. Se suponía que se habían reunido de emergencia para hablar importantes asuntos, pero lo que menos estaban haciendo esos dos era trabajar.

Greco frotó su barba con fingido aire pensativo cuando Jack lo pescó mirándolo de reojo. Con una voz desinteresada practicada habló al aire. "Me preguntaba, Conway. Por curiosidad solamente, ¿Irá al casamiento de Brown?"

El superintendente se cruzó de brazos y alzó una ceja con sorpresa. "¿Eso no es hasta dentro de un mes o algo así? Además, ¿Desde cuándo me pasó por sus fiestas, nenas?"

Volkov fingió arreglar unos papeles, que, Jack lo había visto, se había pasado "revisando" toda la puta mañana. "No lo sé, Conway. Yo iré con mi nuevo traje."

El mencionado trató de disimular su entusiasmo a la mención de un traje pero sus subordinados, que habían estado buscando ese tipo de reacción, lo notaron al instante.

Greco saltó de su silla de un brinco. Con un dedo acusador lo apuntó. "¡Así lo quería agarrar! ¿Qué esconde, Conway? ¡No me diga que se ha echado pareja!" Gritó con emoción.

Conway se levantó, dirigiéndose a la puerta a paso apresurado pero Volkov lo interceptó. "Señor, ¿A dónde va? Tenemos reunión con el CNI a las 7 ¿O ya se le olvidó? Que le tiene tan distraído ¿eh? O debería decir ¿Quién?"

Conway lo apartó de un empujón brusco. "¡A ver supernenas, a trabajar todo el puto mundo! ¿¡Quién coño se creen que son para atosigar así a un superior!? ¡No nos hacemos las gayolas juntos, joder!" Gritó mientras sacaba su porra, haciendo que los dos comisarios salieran corriendo entre risas.

Al verlos bajar al primer piso, Conway guardó su arma, se arregló el cabello y fue a paso firme a la salida de emergencia.

Después de todo iba a ir a una boda, tenía que tener un buen traje para el día tan especial de unos de sus queridos oficiales. Tenía una imagen de tío campechano que mantener, por dios.

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Jack llegó a la tienda justo a tiempo para espiar por los grandes vidrieras como Toni hablaba con su hermano Carlo.

No era su intención realmente, pero al captar al menor de los Gambino no pudo evitar mirarlos. Toni parecía un hombre diferente con Carlo, Conway podía ver cómo de su rostro no desaparecía una tierna sonrisa y como gesticulaba exageradamente con las manos en emoción al contar alguna tontería.

Ver esa faceta del que, para el, era un hombre serio, un tipo de negocios, lo descolocó. Frunció el ceño al ver cómo abrazaba a Carlo y lo despedía con un beso en la frente.

i never told you what i do for a living Where stories live. Discover now