CAPÍTULO 3

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El amanecer llegó, con Louis sintiéndose más descansado de lo que se había sentido en mucho tiempo. Dejó la fiesta antes de que comenzara realmente. No creía estar listo, aún, para algo más que socializar, y la única persona que había atraído su interés, era el tímido rizado. Hacer una escena en público, no habría sido una buena idea.

La pálida luz del sol se filtraba por las ventanas. Eran los primeros días de primavera, se esperaba que fueran más claros y cálidos de lo normal.

Tenía una cita, para almorzar, que aguardaba con gran interés. Obtener información de Harry, anoche, se había parecido al juego de las veinte preguntas. El pálido joven sólo contestaba preguntas directas. Louis quería saber más. En vez de seguir con la conversación forzada, le pidió a Harry que almorzara con él. Tal vez, sin un montón de gente mirándolos, Louis podría obtener más respuestas.

El reloj indicaba casi las nueve. Se estiró perezosamente y fijó la vista al techo. Entre su curiosa mente, meditando sobre Harry, y los vasos de whisky que había bebido, no mantuvo su habitual conversación nocturna, con Víctor.

-Necesita a alguien -susurró-. Y yo también. Sé que lo entiendes. Eso no significa que no te extrañe. Siempre te amaré-. Las familiares punzadas de lágrimas lo hicieron parpadear rápidamente-. Tal vez ayudarlo a curarse, me ayude a mí también.

Rodando fuera de la cama, se dirigió a la ducha. No había decidido dónde llevar a Harry a almorzar. Traerlo aquí no era una idea muy buena. El joven podría sacar conclusiones erróneas de eso. Almorzar en un lugar tranquilo y público sería una idea mejor. Algún lugar que no fuera tan amenazador, que no se relacionara con el mundo BSDM, probablemente sería lo mejor, pero la tendencia al servilismo de Harry podría ser embarazosa. Víctor había mostrado respeto a Louis en casa, en clubes o casas de amigos de similar mentalidad, donde era apropiado.

El agua caliente derramándose en él, se sintió bien. De pie, con las manos contra el frente de la ducha, dejó que el agua cayera sobre su cabeza. Sus pensamientos regresaron a Harry.

La pálida cara, sus hermosas pestañas y sus tristes ojos verdes, había revoloteado en sus sueños. El respeto casi natural y la sumisión de Harry hicieron que su polla también se interesara. La idea de sus piernas, abiertas completamente, para el placer de Louis, lo hizo jadear de excitación. Su polla se engrosó, al imaginar la espalda y el culo del joven. Se preguntó si su ingle estaría afeitada o si el vello sería rizado como el de su cabeza.

La camisa abierta que Harry llevaba anoche revelaba un pecho lampiño, músculos suaves y diminutos pezones rosados. No tenía piercings visibles, ni siquiera en las orejas. Sus labios lo tentaban.

Louis no había tenido un orgasmo satisfactorio, desde antes de la muerte de Víctor. Masturbarse, con el solo propósito de descargarse, no le interesaba. En las raras ocasiones, cuando se ponía duro, la necesidad se aplacaba, incluso antes de correrse. Pero imaginar esos pálidos ojos verdes mirándolo, con los labios de Harry apretados alrededor de su polla, lo hicieron tomar la inflamada erección en sus manos. Unos cuantos bombeos rudos, y vio su semilla girar alrededor del desagüe de la ducha y ser arrastrada.

Quizás, su casa sería el mejor lugar para almorzar. Si se convirtiera en algo más que un almuerzo...

La puerta de la residencia de Awsten se abrió, antes que Louis tuviera la posibilidad de llamar. Cuando entró, Harry se mantuvo silenciosamente a un lado. Awsten esperaba en la sala de estar con Aurora.

-Bienvenido, amigo mío. -Agarró la mano de Louis firmemente. Aurora sonrió e inclinó la cabeza, como saludo. Awsten se dio vuelta hacia Harry.

-Ve a buscar tu chaqueta. Todavía está fresco afuera-. Todos miraron, mientras el joven salía apresuradamente del cuarto.

30 DÍAS (ʟᴀʀʀʏ)Where stories live. Discover now