CAPÍTULO 14

35.7K 4K 1K
                                    

ALYA.

Como puedo gateo fuera de esa habitación pasando por su lado, tomo una bocanada de aire cuando este se atasca en mi garganta debido al llanto. Mientras arrastro mi cuerpo voy enterrando las uñas en el piso con miedo a que una nueva mano tome uno de mis pies y me jale de nuevo a esa habitación oscura.

—¿Qué hacías ahí? —siento unas manos tibias tomarme de las mejillas. Trato de procesar todo rápidamente pero lo único que atino a hacer es tirarme a sus brazos para abrazarlo.

Algunos sollozos sales de mis labios, la desesperación que aun siento no se compara con nada, el miedo aun corre por mi sistema, el no ser escuchada que aun estando en sus brazos siento que alguien quiere hacerme daño.

¡No había chapa en la puerta dentro de esa maldita habitación!

¡Y tampoco había ningún interruptor!

—¿Qué mierda hacías ahí? —vuelve a preguntar.

—N-no podía salir —sollozo contra su pecho, mi cuerpo tiembla debido a los espasmos que me deja el llanto—, n-no podía y-y había alguien ahí adentro c-conmigo —clavo mis uñas en su espalda.

—Shh, ahí adentro no hay nadie —me toma en brazos levantándome del suelo, me pego como una garrapata a su cuerpo escondiendo mi rostro en su cuello—. Solo estuviste ahí unos segundos en los que yo subí por las escaleras. —explica.

¿Unos segundos?

Sentí que estuve ahí horas, que esas manos frías me jaloneaban y arañaban de una manera que nunca voy a olvidar, aún tengo el corazón acelerado del susto, del miedo que sentía mi cuerpo al encontrarme a oscuras y no ver absolutamente nada.

—De verdad había alguien conmigo y me araño —siento el suave colchón de mi cama cuando coloca mi cuerpo en él, me separo un poco pero sin soltarlo—. Créeme por favor, había alguien allí adentro.

—Alya, no tienes ningún golpe y no logro percibir a nadie más dentro de la casa.

—Tienes que creerme —lo tomo de camisa desesperada—, te juro que había más de una persona ahí, no lo imagine, no fue un sueño.

Trato con todas mis fuerzas de dejar de llorar pero no puedo, solo de imaginar cómo me sentía dentro de esa habitación asfixiante me da pánico. Poco a poco voy soltando el agarre en el cuerpo tibio del demonio porque siento que lo estoy apretando mucho pero sin dejarlo ir totalmente, cuando siento como quiere apartarse un poco.

—Voy a traerte un poco de agua.

—No, no te vayas. —vuelvo a pasar mis brazos por su espalda para atraerlo a mí, no quiero quedarme sola, tengo miedo de que cuando él se vaya se apague la luz y no pueda salir de la habitación.

Realmente ese suceso ha sido una de mis tantas pesadillas volviéndose realidad, en algún momento de mi vida viví algo similar, estoy segura. Y no es que la presencia de Häel me agrade del todo al saber que pudo ser una creatura que vino con él, pero tengo más miedo de quedarme sola. Además dijo que no percibía nada en la casa, ¿será que ya se habían ido? ¿Pero porque no los noto cuando estaba fuera de la habitación?

—Solo te traeré agua para que te calmes un poco —su voz suena calmada y tal vez sea por lo alterada que me encontraba, casi podía sentir mi corazón fuera de mi cuerpo, solo espero que él bebé se encuentre bien—. Él se encuentra bien, no te preocupes, pero necesito que tú te relajes.

—Yo estoy bien, solo... no me dejes sola.

Me acomodo mejor en la cama aun envuelva en sus brazos, es la segunda vez que nos encontramos así y una parte de mí se encuentra inquieta, nerviosa dentro de mi pecho y ya no se trata de lo que viví hace un momento sino por la forma en la que me envuelve en sus brazos. Hay algo que diferencia esta vez a la pasada y aparte de que es un ligero toque a menta en su ropa, es algo más que huele muy bien o tal vez solo soy yo imaginándolo, el rico olor me hace pegar más mi rostro y mi nariz a su pecho, nunca había estado tan cómoda en mi vida.

HÄEL  ↯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora