Capítulo 20

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Naekian subió al barco creando un puente de hielo, en cuanto estuvo arriba todos lo miraron.

Llevó una de sus manos hacia su pecho, el lazo no ha dejado de doler. Soportó el dolor en silencio, como siempre. Se detuvo a mitad del camino, tratando de tomar una gran bocanada de aire fresco.

La primera princesa se acercó a él y le preguntó —. ¿Eira?

De reojo, miró el cuerpo de la fiel compañera del quinto príncipe, el cual yace recostado sobre el mismo glaciar. Sus manos están juntas sobre su estómago, tienen un poco de hielo en las puntas de sus dedos, el cual avanza muy lentamente. Los cristales de su mejilla ya se han hecho aún más grandes, al igual que la marca en su frente, ahora mismo la mitad de su rostro está congelada. Comenzó a soltar humor, el cual cubrió su cuerpo casi de inmediato.

—Ella no vendrá.

—¿A que te refieres con que ella no vendrá?— el tercer príncipe se cruzó de brazos y enarcó sus cejas.

—Significa, que regresaré solo al quinto reino, Shimhir — lo miró. Frunció sus labios al igual que su ceño, aún así no luce molesto, más bien luce triste. Pese a no tener lágrimas en sus ojos, todos saben que siente la pérdida de su compañera.

Hubo un gran silencio.

Fëannor sigue en el mismo lugar, tiene su mirada fija en el cuerpo de su hermana. Tiene ganas de ir con ella y darle un ultimo abrazo, quiere decirle que deje de bromear y que abra sus ojos ahora mismo. Quiere...quiere seguir a lado de ella.

—No puedes dejarla aquí — el sexto príncipe se acercó a él —. Ha estado contigo desde que nació, tienes que llevarla al quinto reino y hacerle un...funeral más apropiado.

—Cuando el quinto príncipe y Eira crearon su lazo espiritual — la voz de Fëannor sonó baja —, el quinto príncipe hizo una promesa, la cual era dejar el cuerpo de Eira en el lugar donde pereciera; el campo de batalla. Jamás sería enviada al quinto reino, no quería que la vieran de esa forma. Y ella también hizo una promesa, no solo prometió dar su vida por el quinto príncipe, sino que, prometió siempre estar a su lado.

Los príncipes y la primera princesa guardaron un mutismo ante las palabras de Fëannor.

Mientras el barco se alejada lentamente, Fëannor alzó un poco su mano e hizo una pequeña llamada de fuego. La llama de fuego tomó la forma de su hermana, iba a recordarla por el resto de su vida.

Arwen se acercó a Fëannor y le colocó una de sus manos en uno de sus hombros, tratando de decirle que estaría para él, ahora y siempre. El cuerpo de Eira estaba casi cubierto por una nube de hielo blanquecina, haciendo que fuera imposible verla claramente. La primera princesa vio la punta de una cola de tigre blanco escondiéndose por la nube, pero no le tomó mucha importancia.

Los príncipes también se acercaron, trataron de ver el cuerpo de Eira, pero fue imposible. Se habían acostumbrado a la presencia de Eira, incluso habían pensando que era alguien muy divertida pese a no hablar o hacer un solo ruido. Ella siempre hacía reír a su quinto hermano, era como si, la felicidad de Naekian dependería de Eira.

El tercer príncipe sintió un nudo en su garganta, aunque jamás había hablado con ella, la había considerado como una sobrina, teniendo el cuenta de que es el hermano jurado del quinto príncipe y de todos los demás príncipes. Hubo una ocasión en la que dejó que ella jugara un poco de Boran, simplemente tocó la punta de su látigo y sintió cuando un rayo le dio una pequeña corriente eléctrica. Sin olvidar que, cuando Arhm descansaba sobre su cabello ella siempre iba a molestarlo para que despertara y así jugar un rato.

«¿Como es que alguien tan fuerte tuvo una corta vida?» Se preguntaron los príncipes al mismo tiempo.

Una pequeña lágrima se deslizó por la mejilla de la primera princesa, fue con quien más tiempo pasó con Eira. Dormían juntas todas las noches, Eira la sorprendió con una cobija de plumas que ella había hecho con sus propias manos y plumas. Le dijo que estaba eternamente agradecida por ser cercanasu quinto príncipe, eso la hizo feliz. En más de una ocasión se bañaron juntas, aunque ella siempre tenía su vestido o prendas  blanquecinas, ya que según no podía quitar su ropa, una vez dijo que le daba cierta pena estar sin ropa delante de alguien, Arwen le dijo que estaba bien. Le contó muchas cosas a Arwen, cosas como, su color favorito, su comida favorita y como le gustaba ser alimentada por el quinto príncipe. Le contó sobre sus hermanos, dijo que todos habían sido muy guapos y dignos que sentarse en el trono de hielo a lado de los reyes. Hubo una vez en donde mencionó a Fëannor, dijo que, la mayor parte del tiempo estaban peleando, pero que aún así se querían y se apoyaban. Habló sobre el cuarto príncipe y Ekain.

La princesa renacida Where stories live. Discover now